La posada del Dragón muda de piel
Un edificio del siglo XIX será un hotel 'boutique'
El dragón que da nombre a la posada de la Cava Baja 14 va a mudar de piel. De posada del siglo XIX a hotel urbano del siglo XXI, lo que en las revistas de diseño o viajes se llama hotel boutique o espacio singular. En otoño de 2009 se materializará, según los planes de la empresa madrileña propietaria del inmueble, Audacter, y la consultora Solutions Hi.
Construida en 1868 por el Marqués de Cubas, la posada fue alojamiento de comerciantes del Rastro y proveedores del cercano mercado de La Cebada. Al parecer fue lugar de paso para rufianes y, según la leyenda, para algún fantasma. No es leyenda que "se vendían billetes de autobús", explica Oscar Lucas, quien será director del nuevo hotel y sigue su nacimiento como "si se tratase de un hijo".
Construida en 1868, tiene una corrala y restos de la muralla árabe
Una línea roja, con las paradas marcadas de Madrid a Navalagamella, marca en una pared la ruta de los buses. Un calendario señala el año de su uso más reciente: 2003.
La posada del Dragón esconde en sus tripas elementos históricos protegidos: una corrala del siglo XIX, restos de la muralla árabe, una bañera de mármol, un pilón-abrevadero, una escalera de madera... El local contiguo, una antigua jabonería que alojará el restaurante, conserva un mostrador de mármol; aunque no está catalogado como protegido es "una joya" que los restauradores preservarán.
"El edificio tiene mucho potencial", asegura Leticia Fernández, arquitecta que dirige la rehabilitación junto a Elena Lago. El reto es "conservar el espíritu de la posada (con estructura protegida) y conjugarlo con las necesidades de un hotel del siglo XXI". Habrá un contraste de elementos antiguos y nuevos. Así, se conjugará la madera con el vidrio o el hierro. La secuencia de imágenes que perciba el viajero-visitante será un viaje en el tiempo: "La fachada te sitúa en el siglo XIX. Cuando entras en la corrala vas pasando a sensaciones contemporáneas y en la habitación ya te instalas en el siglo XXI", explica la arquitecta. En las estancias se jugará con elementos "disgregados": el lavabo y la cabina de baño estarán fuera.
En los 1.140 metros cuadrados de las tres plantas habrá 29 habitaciones, unas dando a la corrala y otras con balcón, "cada una con su personalidad". "Tendrán todas las comodidades y avances técnicos, pero con un concepto atemporal y nada estándar", indica Lucas.
La renovación del cuerpo del dragón tendrá toques estéticos transgresores pero incluye rescates de lo que había en 1868: recobrarán su esplendor la sinuosa escalera de madera y las losas de granito de la entrada y la corrala. Los restos de muralla árabe serán musealizados (cubrir con cristal para que sean de vista pública) si lo dictamina el informe arqueológico de la Dirección General de Patrimonio Histórico Artístico de la Comunidad.
'Callejear' por el interior de la corrala
"Para vivir realmente la ciudad, tienes que patearte el centro histórico. Quería hacer un hotel que fuera identificable con Madrid; por eso pensé meter el trazado de las calles dentro de la posada", cuenta la arquitecta valenciana Dulce Sancho-Miñana, de 27 años. Ella ve dentro de la posada del Dragón el plano de la ciudad: plazas, calles, callejuelas y rincones. Éstos, donde es placentero entretenerse, serían las habitaciones y las vías urbanas serían la entrada, los pasillos, las escaleras..., los lugares de paso.
Con su proyecto Callejero, Sancho-Miñana -licenciada hace dos años- ha ganado el primer premio del concurso de ideas convocado por Solutions Hi entre los estudiantes de un master de Diseño y Arquitectura de Interiores en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Las propuestas de la ganadora y de algunos de los 33 estudiantes serán aprovechadas en el interiorismo de la nueva posada del Dragón.
Para inspirarse, los participantes recorrieron los interiores del edificio y se patearon el Madrid histórico. Dulce Sancho-Miñana absorbió el paseo y lo tradujo en sensaciones de callejeo interior por la corrala. Su plan fue apreciado por el jurado, en el que se encontraba la imaginativa arquitecta Teresa Sapey. "Era el proyecto más completo", afirma Óscar Lucas, responsable del futuro hotel. Parte del encanto, asegura, residirá en su restaurante, abierto para quienes se alojen y para los numerosos transeúntes que comen y copean por la céntrica zona de Cava Baja y Latina.
Calle de posadas
Junto al hostal del Dragón, en la Cava Baja hay más signos de la concentración posadera de antaño:
- La de la Villa, de 1642 (como reza una placa), hoy reconvertida en restaurante. En el número 9 de Cava Baja.
- La de San Isidro, en el 6, reconvertida en apartamentos.
- La del León de Oro, en el 12, con corrala y visos de convertirse en hotel.
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