Un hombre mata a su esposa y a sus dos hijos y luego se suicida

Juan Pérez, un constructor autónomo de 43 años y aficionado a la caza, estrenó escopeta nueva hace una semana, pero no la ha usado para matar a su mujer y a sus dos hijos, de seis y cuatro años. Para eso utilizó un cuchillo de gran tamaño. Después de acuchillar por la espalda a Josefa y a los pequeños Samuel y Alba avisó a la policía. Cuando llegaron los agentes, el hombre dio un tiro al aire respondido por la policía con otro disparo intimidatorio. Inmediatamente después, el agresor llevó el cañón a su garganta y apretó el gatillo.

El parricida dejó una nota manuscrita de tres folios

El albañil, que vivía con su familia en un chalé del extrarradio de Yecla (Murcia), dejó un escrito de tres folios en que hablaba de los motivos del brutal ataque a su familia. No ha trascendido el contenido de esta carta, pero el alcalde de Yecla, Juan Miguel Benedito, citó ayer los problemas económicos por los que pasaba la familia como posible origen del suceso. Algunos conocidos apuntaron también un pasado trágico de este hombre, con dos hermanos muertos en circunstancias violentas, uno de ellos en un accidente de tráfico y otro en una pelea.

Si hubo antes malos tratos físicos o psíquicos en ese chalé, nadie parece saberlo. No constan denuncias presentadas por la mujer, según la Delegación del Gobierno en Murcia.

El múltiple crimen se produjo al filo de las 9.25 de la mañana en el chalé del matrimonio, una vivienda unifamiliar de dos plantas en la partida La Herrada del Manco, junto al polígono industrial Las Teresas, a unos cuatro kilómetros del casco urbano de Yecla. La policía halló los tres cadáveres en el salón de la casa envueltos en una manta. En ese lugar se encontraba también la nota manuscrita.

La familia no tenía idea de si había malos tratos o no en aquella casa, ni si pasaban por problemas económicos. "¿Problemas económicos? Igual sí", dijo una prima de la fallecida. "Ella nunca nos comentó nada acerca de malos tratos ni a ella ni a sus hijos", añadió. Tampoco es usual que las víctimas comenten estos extremos, ni siquiera a la familia.

La prima de Josefa y el resto de familiares del matrimonio permanecieron reunidos en un chalé contiguo al del lugar de los hechos, donde vive una hermana de Juan. El Ayuntamiento desplazó hasta la casa a un equipo de psicólogos para prestar asistencia a los familiares y ayudarles a encajar el dramático suceso. A primera hora de la tarde, una vez que el juez de guardia ordenó el levantamiento de los cadáveres, los familiares abandonaron en bloque la casa camino del tanatorio.

El múltiple crimen cogió por sorpresa a los vecinos del matrimonio Pérez-Serrano. Los residentes en la docena de chalés diseminados en esa área del término no daban crédito a la magnitud de la tragedia. "He oído tres disparos", dijo Juan González, residente en uno de los chalés. "Les conocía de vista. Hola y adiós. Él era muy trabajador; ha levantado su casa en los últimos cinco años en sus ratos libres. En los últimos meses también trabajaba como pintor". Y sobre los problemas económicos, dijo: "Problemas económicos tenemos todos, porque ahora hay menos trabajo". "En apariencia, la convivencia del matrimonio era normal, nunca oímos ninguna discusión", comentó Nieves. "Nunca vimos nada raro", apostilló Manuela Martínez.

La directora del Instituto de la Mujer de Murcia, Teresa Moreno, manifestó en un comunicado que "sigue siendo lamentable que se produzcan este tipo de sucesos que entrañan violencia de género" y pidió a la sociedad su conciencación: "La prevención es cosa de todos y todos podemos aportar nuestro granito de arena en su erradicación".