El robo de contadores de agua amenaza el riego de jardines
El Canal de Isabel II admite que se sustraen entre 70 y 80 medidores cada mes
El robo de contadores de agua en los jardines municipales ha sustituido, como una de las últimas tendencias de los ladrones, al de cables de cobre. Algunas zonas verdes ya notan la falta de riego, y los vecinos se quejan del mal estado de las praderas. Una portavoz del Canal de Isabel II, la empresa pública que gestiona el agua de Madrid y a la que pertenecen los cerca de 3.500 medidores de la capital, admite que se producen entre 70 y 80 robos de estos aparatos cada mes. Uno de los jardines más afectados por estos robos es el de Santa Eugenia, en el distrito de Villa de Vallecas.
El Canal de Isabel II se niega a soldar las arquetas donde están los medidores
Hortaleza y Moratalaz también están sufriendo este tipo de hurtos
Ocupa unas ocho hectáreas y lleva más de un mes sin regarse, según denuncia Carrión Chaves, representante de la Asociación La Colmena. Las praderas presentan un estado inquietante: la mayor parte están secas y el color del césped se ha tornado amarillo tristón. Esta zona verde tiene 16 contadores. Desde el 26 de mayo han robado 13, que aún no se han repuesto, según afirma Andrés, responsable de Cespa en los jardines de Santa Eugenia. Esta empresa, filial de Ferrovial, está contratada por el Ayuntamiento de Madrid desde mayo de 2006 para mantener y limpiar las zonas ajardinadas en los distritos de Vicálvaro, Moratalaz, Puente de Vallecas y Villa de Vallecas.
Una portavoz de la Concejalía de Medio Ambiente señala que la capital aglutina 5.600 hectáreas de zonas verdes de conservación municipal, lo que supone cerca del 9% de la superficie de Madrid. La misma fuente afirma que su departamento ha notificado al Canal todos los robos que les han comunicado los ciudadanos.
"Antes de que comenzaran los primeros robos, los contadores estaban fabricados de bronce. Los que trajeron nuevos eran de hierro fundido", dicen Chaves y Andrés.Una portavoz del Canal asegura, sin embargo, que todos son de latón. El precio en el mercado de la chatarra del latón y el bronce es muy similar. Sin embargo, la diferencia entre estos dos materiales y el hierro es notoria. Mientras que un kilo de latón o de bronce se compra por entre 2 y 3,40 euros, la misma cantidad de hierro fundido se adquiere por entre 20 y 30 céntimos. Los contadores robados pesan entre 10 y 12 kilos, según uno de los trabajadores de Cespa.
Desde la asociación de vecinos La Colmena aseguran que los ladrones tienen controlados 13 medidores y "los roban cada vez que vienen a poner los nuevos". Un problema que se extiende por otros jardines de la capital. "Mis compañeros de otras zonas verdes de Madrid, como Hortaleza y Moratalaz, me dicen que ellos también están sufriendo estos robos", afirma un trabajador de Cespa. La ausencia de medidores impide a los aspersores regar el césped, según denuncian los vecinos de Santa Eugenia.
En este barrio lamentan que la Ciudad Residencial Alfombra Verde, nombre que recibió el distrito al construirse en 1970, se esté quedando sin jardines. Los vecinos han puesto el grito en el cielo porque sus praderas llevan cerca de 40 días sin recibir una gota.
Un problema que se agrava en esta época de altas temperaturas. "Menos mal que llovió algo en junio", dicen los encargados de mantenimiento.
La situación de los jardines era tan inaceptable para los vecinos, que una patrulla de Agentes de Parques, dependiente de la Concejalía de Medio Ambiente, acudió el pasado viernes a la caseta de los trabajadores de Cespa para elaborar un informe. "Explicamos al inspector cuál era el problema y nos dijo que Santa Eugenia no era la única zona verde en la que se robaban contadores", cuenta Andrés.
"El año pasado también nos robaron algunos contadores y en menos de una semana los sustituían", declara un trabajador de Cespa. La empresa que se encarga de reponer los aparatos es Hispanagua, una compañía filial del Canal de Isabel II.
Los jardines municipales tienen que llevar la contabilidad del consumo a través de contadores, según una normativa europea. Estos aparatos se instalan en un habitáculo conocido como arqueta que se encuentra a la vista de cualquier persona, y que se abre con suma facilidad. El contador bombea agua sólo si la llave de la acometida -alcantarilla de la que dependen los medidores- está abierta. La asociación La Colmena, de Santa Eugenia, propone soldar las acometidas para que los ladrones no puedan cerrar la llave y robar los contadores.
El Canal de Isabel II, por el contrario, no cree que esa solución sea la más acertada. Esgrime que no se pueden soldar las acometidas porque los trabajadores que se encargan de cuidar los jardines no tendrían acceso a ellas en caso de necesidad urgente. La opción de poner una patrulla policial que vigile los contadores tampoco se ve con buenos ojos en la empresa encargada de la gestión del agua. "En algunas ocasiones, la gente no denuncia el problema al departamento correcto y, por tanto, no podemos actuar", asegura una portavoz del Canal.
Ante estas circunstancias, la asociación La Colmena se ha erigido en la voz cantante del barrio. La Junta Municipal de Distrito del martes trasladó al concejal de Villa de Vallecas, Ángel Garrido, dos propuestas. Por una parte, solicitó que la Concejalía de Medio Ambiente no pague los meses en los que han faltado contadores, y, por otra, exigió al Canal de Isabel II que reponga las zonas afectadas. "No queremos ser cómplices de una estafa", sentencia Chaves.
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