Ceuta merece respeto

Ceuta y Melilla son los únicos territorios del Estado español que carecen de competencias educativas. Es, sin duda, una situación extraña que tiene su origen en el agravio histórico que supone el obstinado rechazo del PSOE y el PP a dotar a Ceuta y Melilla de sendos Estatutos de Comunidad Autónoma de conformidad con lo dispuesto en la Transitoria Quinta de la Constitución. En consecuencia, la gestión de este servicio esencial en estas ciudades, corresponde al Ministerio de Educación, Política Social y Deporte.

Para la estructura ministerial Ceuta y Mellilla apenas son un pintoresco y residual estrambote que gestionan con desidia, desinterés y hasta fastidio.

En Ceuta sufrimos gravísimos problemas en el ámbito educativo. Es la ciudad con más fracaso escolar de España. Las condiciones laborales del profesorado allí destinado son las peores del país. El nivel de infraestructuras y equipamiento se encuentra muy por debajo de la media nacional (varios centros comparten edificios, se tapian cocinas y patios para hacer aulas, etcétera). Existen una serie de dificultades objetivas para el desarrollo de los procesos educativos, derivadas del insuficiente manejo del lenguaje de un sector muy considerable de la población escolar, que no son tratadas adecuadamente.

La respuesta del ministerio ante esta preocupante situación es, sencillamente, una indiferencia insultante. Ceuta merece respeto. Exigimos un sistema educativo homologable a los que están implantados en el resto de comunidades autónomas.

Exigimos una política educativa adaptada a las condiciones específicas de nuestra ciudad. Exigimos un trato digno al profesorado que presta sus servicios en Ceuta. Demandamos interés, implicación y compromiso con la función educativa en esta ciudad. El ministerio no puede rehuir la responsabilidad que tiene contraída con Ceuta, a la que debe atender con rigor, eficiencia y eficacia.