Cacofonía de fondo en la Torre de la Música
2.300 firmas contra el proyecto educativo de la SGAE en Valencia, un rascacielos que empezará a construirse en octubre
La primera piedra aún no se ha colocado, pero el proyecto de la Torre de la Música en Valencia levanta ampollas. Tres escuelas españolas de música moderna han recogido 2.300 firmas, enviadas a 25 autoridades, contra una iniciativa que "compite en desigualdad de condiciones con los centros ya existentes, pues en lugar de apoyarnos, la SGAE emplea parte del dinero que recauda por copia privada para crear una sociedad lucrativa con una escuela privada de Estados Unidos", asegura Lluís Cabrera, director de la Fundación Taller de Músics de Barcelona.
Responsables de varias escuelas de música denuncian competencia desleal
Los firmantes se dirigen al presidente del Gobierno y al ministro de Cultura
"Es como si para potenciar el cine español, montara una sede a la Paramount en suelo público de Valencia", añade Pedro Carrillo, director de la Escuela de Música Creativa de Madrid. Cristina Goás, de la coruñesa Presto Vivace, asegura que, "sin tener nada en contra de Berklee, sorprende que las autoridades valencianas y la SGAE prefieran apoyar a los que vienen de fuera en lugar de a los que llevamos años dedicándonos a enseñar música en España, atendiendo a la educación infantil, media y superior".
En octubre empezará la construcción de la Torre de la Música, sede europea del Berklee College of Music de Boston. "Es un proyecto cultural precioso, que permitirá la enseñanza de repertorios que nunca se han dado en Europa. Lo que se enseña en Boston se dará en Valencia. No pretendemos competir, sino complementar a las escuelas españolas", explica Pedro Farré, director de relaciones corporativas de la SGAE. Además, añade, "habrá otras enseñanzas musicales y cinematográficas, como las tecnologías de la creación artística, el negocio de la música en la Red o temas jurídicos del sector cultural, que llevará a cabo la SGAE".
Entre las 2.300 firmas figuran las de Santiago Auserón, Perico Sambeat, el contrabajista Javier Colina o el compositor Enric Palomar, entre otros, además de estudiantes y profesores. Los firmantes piden al presidente del Gobierno y al ministro de Cultura que intercedan ante la SGAE para que ésta "dedique parte de los fondos que recauda por copia privada a conceder becas y bolsas de estudio a los estudiantes españoles, como en Alemania y Francia".
La Ley de Propiedad Intelectual fija que las sociedades de gestión dediquen el 20% del canon a "actividades asistenciales para los socios y a la formación y promoción de autores". De este cometido se encarga en la SGAE la Fundación Autor, creada hace 11 años. Tres son sus ejes: asistencia social y sanitaria a sus socios, promoción (patrocinios, difusión y programas culturales de música, cine y teatro) y educación. En 2007 desarrolló 86 programas docentes, de los que se beneficiaron 1.782 personas. De ellas, 390 no eran socias.
"Destinamos el 20% que fija la ley, y mucho más, a crear acción cultural. La Torre de la Música es otra iniciativa más, de la que se van a beneficiar los socios, que tendrán preferencia, pero también otros que quieran ampliar estudios, becados por la Fundación Autor", dice Farré. El director de relaciones institucionales de la SGAE niega que el objetivo de la Fundación Autor sea lucrarse. "Si la Torre fuera rentable, se reinvertirá en más acción cultural, como siempre".
Pedro Carrillo lo duda. En su escuela hay 180 profesores. "Todos son músicos, y el 90%, socios de la SGAE, pero no se van a beneficiar, como no lo han hecho hasta ahora. Esto es una operación económica e inmobiliaria que sólo lucrará a la SGAE y Berklee. Además, lo venden como novedad, cuando Berklee lleva años con su programa en España". Lluís Cabrera se pregunta: "Si nos quieren complementar, ¿por qué realizaron encuestas a los estudiantes del Taller de Músics y de la Escuela Creativa preguntándoles si se cambiarían de centro en el caso de que se les pusiera un autobús gratuito hasta Valencia? ¿O cuáles eran nuestros mejores profesores? No sólo es indignante. Es espionaje industrial".
"Queremos reunirnos con ellos y exponer nuestra visión de lo que debe ser la enseñanza de música moderna", dice Cristina Goás, ex concejal del PP en A Coruña. "Llevamos años en este mundo y sabemos de lo que hablamos, pero nos ignoran. ¿Qué pasa, que no hay calidad y prestigio en España?".
Un coloso cultural de 100 millones
La Torre de la Música, financiada con 100 millones de euros por la Fundación Autor, se construirá sobre 70.000 metros cuadrados de suelo público propiedad del Ayuntamiento de Valencia en el PAI de Quatre Carreres. Se cede en una concesión a largo plazo.Se trata de un rascacielos de 100 metros de altura, que aún no tiene licencia de obras, y que albergará un centro educativo musical, sede europea del Berklee College of Music de Boston. Además, el complejo tendrá apartamentos para alumnos y profesores; salas de ensayo y grabación, auditoros, áreas de producción musical y multimedia, aparcamientos y superficie comercial.Fundada en 1945 en Boston (Estados Unidos), Berklee es una prestigiosa institución privada para estudiar música contemporánea. A través de su red internacional, imparte su programa en 14 escuelas del mundo, desde París a Seúl. En Barcelona, a través de l'Aula de Música Moderna i Jazz, del conservatorio del Liceu."En principio, Berklee alquilaría el local", explica Larry Monroe, vicepresidente académico de los programas internacionales de Berklee. "Poco más le puedo decir porque la negociación aún no ha terminado. Está previsto que se cierre el 16 de octubre, pero la decisión final aún no se ha tomado". Los cursos serían en inglés con una mezcla de profesorado norteamericano, español y europeo.Eduardo Bautista, presidente ejecutivo de la Sociedad de Autores, es consejero de Berklee desde junio de 2006. Casi un año después, se presentaba el proyecto de la Torre de la Música, tutelado por el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, y por la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá.Camps tiene previsto asistir a la colocación de la primera piedra en octubre.
Babelia
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