Ibarretxe guarda silencio sobre la consulta tras la aprobación de la ley

El debate sobre la gestión del día después de la aprobación de la ley de la consulta por el Parlamento empezó ayer por la reunión de la ejecutiva del PNV. El lehendakari se incorporó a ella avanzada la tarde, después de permanecer hasta pasadas las cinco en la clausura de la asamblea de SEA en Vitoria. Ante la plana mayor del empresariado vasco y del delegado del Gobierno, Mikel Cabieces, se limitó a hablar de la necesidad de "incrementar el autogobierno" del País Vasco.

El 'lehendakari' evitó referirse a la cuestión en dos actos públicos

Como si no hubiera pasado nada el pasado viernes, Ibarretxe reclamó el traspaso del régimen económico de la Seguridad Social y la defensa del Concierto Económico en Europa. Comió, clausuró la jornada y se fue a la carrera. No hubo preguntas ni explicaciones. Los empresarios, que esperaban algo más se quedaron sentados y sorprendidos. Ibarretxe sólo les habló de innovación, de empresa y de la necesidad de que la Administración y las empresas privadas trabajen juntas, informa Pedro Gómez Damborenea.

Ibarretxe ha evitado referirse en público a la consulta desde la sesión plenaria del viernes. Ni el domingo, en su visita a la Expo de Zaragoza, ni ayer, en sus dos actos públicos -la inauguración por la mañana de unas jornadas del Parlamento sobre el Tratado de Lisboa y las regiones y la clausura de la asamblea de SEA por la tarde- hizo la más mínima mención de ella. Cualquiera de los dos se hubiera prestado, por lo que su silencio no puede interpretarse sino como algo deliberado.

El lehendakari parece querer darse tiempo antes de volver a hablar de la cuestión. Posiblemente, hasta que el Gobierno central la impugne, lo que ocurrirá el mismo día en que salga publicada la ley en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV). Y esto puede pasar en cualquier momento, incluso hoy mismo. Hasta con esta cuestión tan técnica trata el Gobierno de mantener la tensión y la atención sobre la iniciativa, como ha hecho con cada detalle, aunque fuera nimio, durante todo el proceso de concreción del plan, desde que el lehendakari lo expuso en el Parlamento en septiembre de 2007.

La vicelehendakari Idoia Zenarruzabeitia, a la que le preguntaron ayer en una entrevista en Radio Euskadi cuándo se publicará la ley, si hoy martes o mañana, respondió: "No lo sé. Se publicará cuando toque". El silencio del Ibarretxe fue compensado por la propia Zenarruzabeitia y la portavoz del Gobierno, Miren Azkarate. La vicelehendakari reiteró que el Gobierno dará una respuesta "con contundencia" e incluso "dura" a la impugnación de su ley por el Ejecutivo central, tanto desde el punto de vista político como jurídico. Lo hará, dijo, "con seriedad y rigor" también, pero no precisó en qué consistirán esas respuestas.

La vicelehendakari defendió que el Ejecutivo autonómico ha cumplido siempre "las reglas del juego, institucionalmente, políticamente y jurídicamente". Sin embargo, el Gobierno central habría protagonizado "un cúmulo de actuaciones que no tienen nada que ver ni con las reglas del juego ni con el cumplimiento de las leyes". Esta afirmación le dio pie para volver a repetir que el Gobierno español tiene "una baja calidad democrática".

Zenarruzabeitia aseguró que "contenidos similares" a los que ahora plantea Ibarretxe en forma de preguntas "se estuvieron negociando con ETA e intentando pactar con Batasuna, excluyendo a todos los demás", en Loiola.

El acuerdo de la Cámara para aprobar la consulta, 34 votos a favor y 33 en contra, cumple igualmente las reglas, defendió, ya que se trata de una ley ordinaria, lo mismo que en su día las cumplió, recordó, la mayoría absoluta obtenida por el plan Ibarretxe. La vicelehendakari defendió la "rigurosidad y seriedad" del Ejecutivo, a las que contrapuso "el autismo político y parlamentario" que atribuyó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al Grupo Socialista en el Parlamento.

Por su parte, Azkarate denunció que el Gobierno quiere "bajar a cota cero" el autogobierno vasco, en su línea de "laminación continua y permanente del Estatuto de Gernika".