De actrices a empresarias, de autoras a mecenas

El Festival de Almagro ha ofrecido su 31ª edición para que las mujeres sean las protagonistas. No sólo las que hoy escriben, dirigen e interpretan, sino las que lo han hecho en los últimos cuatro siglos. Así, la programación incluye los montajes de Las gracias mohosas, de la sevillana Feliciana Enríquez de Guzmán; y Los empeños de una casa, de sor Juana Inés de la Cruz, mientras el Museo Nacional de Teatro de Almagro aporta la exposición De la cazuela a la escena. Tres siglos de mujeres en el teatro, que permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre. En esta muestra se refleja, a través de fotografías, vestidos y pinturas, la evolución del papel de la mujer en la escena desde el siglo XVII hasta comienzos del XX y se pone de manifiesto que ellas no son sólo actrices (en España las mujeres tenían permitido actuar, a diferencia de otros países), sino escritoras, mecenas, inspiradoras y, sobre todo, empresarias. También se han organizado, siempre en torno a la mujer clásica, espectáculos de danza, muestras fotográficas, jornadas y la Pasarela Almagro (16 de julio), con participación de creadores de la moda española, como Elio Berhanyer, Jesús del Pozo o Devota & Lomba.

Algunas intérpretes como la Calderona o la Tirana marcaron una época

Andrés Peláez, director del Museo del Teatro, recuerda que desde el siglo XVII, cuando en los corrales de comedias se promueve lo que hoy conocemos como teatro comercial, el papel de las cómicas es básico: "Además, como intérpretes, siempre volaron con mucho más ímpetu y riesgo que el hombre, y ellas dejaron más huella. De hecho, cuando en este país se dedica un pasodoble a alguien es que se trata de una figura muy importante. Actrices como la Calderona, la Tirana o la Caramba lo tienen", señala Peláez.

Entre los espectáculos escritos por mujeres, el de la escritora y monja sor Juana Inés de la Cruz, la más sólida de las autoras de su época, llega en un montaje de la compañía mexicana Coordinación Nacional de Teatro, que se representará hoy y mañana. No obstante, una de las piezas más renovadoras y transgresoras de este festival ha sido Las gracias mohosas, una irreverente, ácida y grotesca obra escrita por Feliciana Enríquez de Guzmán, una desconocida autora del XVII. Con un riquísimo lenguaje barroco, la escritora dinamita, a través de la mirada de los marginados, todas las convenciones sociales de la época comenzando por el sacrosanto matrimonio. Tullidos avariciosos, pícaros ciegos, libidinosos frailes y casaderas ansiosas desfilan por este brillante montaje que la compañía andaluza Teatro del Velador, dirigida por Juan Dolores Caballero, ha mostrado en Almagro. Un despiadado retrato de la sociedad decadente del Siglo de Oro.