_
_
_
_

La poesía más depurada de Joan Margarit se impone en Literatura

Carles Geli

"Son los versos que, dentro de mi producción, reflejan más depuración, más tranquilidad y más objetividad, si es que ese último adjetivo puede o debe aplicarse a la poesía". Con esa sencillez y esa fuerza interior marca de la casa definía ayer Joan Margarit (Sanaüja, Lleida, 1938) su hasta ahora último libro de poemas, Casa de maternitat (Proa), a las pocas horas de conocer que con él obtenía el premio Nacional de Literatura de la Generalitat, dotado con 18.030 euros. "Caramba, no sabía yo eso: ya va bien porque hasta ahora ese libro sólo me daba premios ad honorem [el de la Crítica, el Cavall Vert de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana y el Rosalía de Castro del Pen Club gallego]".

Destilaba ayer Margarit, como sus poemas, un agradecimiento muy formal, sobrio. Quizá fruto de esa eclosión que su obra, tras libros como Joana (2002, dedicado a su hija fallecida, con 10.000 ejemplares vendidos) y Càlcul d'estructures (2005), no ha parado de experimentar..., pero tras un silencioso paréntesis de crítica entre 1985 y 1999. "Cuando debuté en catalán en 1981 llegaron varios premios: a la crítica gustó mi estilo, que debieron de ver cercano al de Martí i Pol o al de Riba; pero cuando abandoné mi borrachera lingüística pasé a ser un olvidado total. Y ahí están libros como Llum de pluja y Edat roja. O sea, tengo una historia y una edad y sé cómo funciona y cómo se es poeta sin premios ni reseñas".

La claridad de sus obras es, pues, el arma que juega a conciencia. Ayuda a que así su poesía sirva a la gente, cobrando entonces todo su sentido. "El otro día la hija de Ted Hughes escribió que volvía de Australia a Inglaterra y que un poema mío la había ayudado a espantar sus temores", dice el poeta ex catedrático de arquitectura que en octubre lanzará el libro fruto de sus dos últimos años creativos, Misteriosament feliç: "Como la marea alta y baja, la muerte entra en la vida y la vida en la muerte y en ese contexto, quizá la posibilidad de ser feliz", expone. Depuración total.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_