Amplio apoyo al Tratado de Lisboa

Tras menos de dos horas de debate, el Congreso de los Diputados aprobó ayer por amplia mayoría el Tratado de Lisboa, nuevo marco legal e institucional de la Unión Europea. El texto fue rechazado hace 15 días en referéndum en Irlanda, y España se sumará a otros 19 Estados de la UE que ya lo han ratificado en sus Parlamentos, sin consulta popular. El Tratado de Lisboa sustituye a la frustrada Constitución europea, ratificada en referéndum en España en 2005 pero rechazada por idéntico procedimiento en Francia.

España se convierte en el vigésimo Estado que ratifica el texto en el Parlamento

Es decir, sólo dos horas de debate y una votación sustituyen ahora una campaña electoral, un debate público y una cita con las urnas en referéndum. Entonces, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero quiso que España fuese el primer Estado en votar el texto en consulta popular y ahora será el vigésimo en ratificarlo en el Parlamento. Queda aún el trámite en el Senado, que el PSOE quiere hacer en las próximas semanas, y donde el sí tiene garantizada una amplia mayoría. Ayer votaron a favor del Tratado PSOE, PP, CiU, PNV, Coalición Canaria y UPyD.

Se abstuvieron Iniciativa per Catalunya y Nafarroa Bai, y votaron en contra ERC, Izquierda Unida y BNG. Gaspar Llamazares (IU) aseguró que sus objeciones tienen que ver con decisiones europeas de las últimas semanas, como la semana laboral de 65 horas y el endurecimiento de las condiciones para los inmigrantes. Es decir, lo que llamó la "Europa amurallada" y "la Europa que arde en los campamentos gitanos de Nápoles". Entre los portavoces que defendieron el apoyo al Tratado, el tono estuvo cerca del entusiasmo y la fe europeísta, sólo con algunos reproches formales. Por ejemplo, el del portavoz de CiU, Jordi Xuclà, que se quejó de que España sea uno de los últimos Estados en ratificarlo, o el de Josu Erkoreka (PNV), que lamentó que el texto no haga referencia a lo que él llamó la "estructura plural de España". También reprochó al Gobierno no haber puesto empeño en blindar el régimen tributario foral vasco en el Tratado.

El apoyo entusiasta lo encabezó el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para quien España tiene un "compromiso firme" con la construcción europea y con una UE "de valores, ciudadana, con ambiciones políticas y eficaz". "Es cierto que el rechazo irlandés ha podido abrir interrogantes, pero el conjunto de los Estados se ha mostrado decididamente favorable a los procedimientos de ratificación", aseguró Moratinos para dejar claro que el Tratado seguirá adelante aunque haya sido rechazado por el único Estado en el que se ha sometido a referéndum.

La socialista Elena Valenciano destacó que el Tratado "incorpora avances definitivos para hacer una UE más eficaz", habló de "esfuerzo titánico entre todos" los países miembros y concluyó que desde ahora la UE "ya no será más un proyecto de las élites, sino de los ciudadanos". La popular Soledad Becerril mantuvo el mismo tono de entusiasmo y explicó que, a su juicio, el Tratado "nos refuerza en defensa de la paz y contra el terrorismo". Mencionó expresamente la contribución de Javier Solana y de Loyola de Palacio.