Los caprichos de un superhéroe

La rana Gustavo cantaba eso de "No es fácil ser verde" antes de que la ecología se pusiera de moda. Hollywood también sabía que no es fácil ser Edward Norton mucho antes de su éxito como intérprete de esa masa verde con crisis de personalidad llamada Hulk. "Sabía que era el mejor y quería el mejor para hacer de Bruce Banner [el álter ego de la Masa], pero nunca pensé que le convencería", asegura Louis Leterrier, realizador de la cinta.

Nadie pone en duda la calidad de este intérprete de 38 años, algo que dejó claro con el thriller Las dos caras de la verdad o con su trabajo en American History X. Ambos filmes le acercaron al Oscar pero también cimentaron la fama que se ha ganado desde entonces, y que unos describen amablemente como "perfeccionista" y otros, de forma más brutal, "narcisista". "Es un genio, y dijo que sí aunque puso sus condiciones", dice Leterrier en defensa del nuevo Hulk, a quien define como "apasionado". Pero esa pasión se quedó en la puerta a la hora de promover el estreno. Actores reconocidamente huraños como Tommy Lee Jones, taciturnos a lo Harrison Ford o directores silenciosos como los hermanos Coen no se resisten a abrir la boca para participar en la promoción de sus estrenos. Es un ritual, forma parte del trabajo y, es más, es una obligación contractual.

"No llegamos a las manos, pero los dos somos apasionados", dice Louis Leterrier

Norton cruzó en Los Ángeles la alfombra verde del estreno mundial de la cinta con el resto de la producción. Pero luego desapareció rumbo a unas vacaciones en África sin decir más ni pío sobre ese filme en el que, según Leterrier, tanto se involucró. Un silencio que hizo resonar con más fuerza todo lo que había circulado en Internet hasta ese momento: supuestamente, el primer montaje del filme generó tales enfrentamientos entre la estrella y el estudio que el futuro de la saga puede estar en entredicho pese a los 55 millones de dólares (35,49 millones de euros) recaudados en su estreno.

De nuevo, Leterrier le disculpa: "Pusimos todo lo que habíamos rodado en ese montaje y era ho-rri-ble", enfatiza sobre el primer visionado de una producción de 150 millones de dólares (96,8 millones de euros) de presupuesto, que Marvel Estudios puso en marcha tras el fracaso de la versión de Ang Lee hace cinco años. A partir de ese momento, el director fue brutal y elogia la labor de montaje en una cinta en la que tuvo "que matar muchos hijos". Norton, con quien hasta entonces había compartido tareas de guión y producción (entre otras condiciones, el actor exige por contrato el derecho a reescribir los guiones en todas sus películas). "No nos echamos las manos al cuello, pero los dos somos apasionados y si alguien entra en la habitación, por ejemplo un ayudante de producción ofendido porque Edward no le dio los buenos días y en busca de cotilleos, lo siguiente es que Norton es un gilipollas", resume el director.

Lo que ocurre es que la fama de Norton es algo más que un cotilleo anónimo. Lo de "narcisista" se lo puso el realizador Tony Kaye después de que el actor se quedara con su película, según él para meterse en más secuencias en American History X. No importa cuán mala fue Smoochy, Norton también tuvo que dar la nota con sus decisiones creativas en temas de vestuario. Y en Frida, su relación con Salma Hayek llevó su participación más allá de un cameo como actor hasta trabajar en el guión de la cinta, labor que el Sindicato de Guionistas no le reconoció. Tampoco lo ha reconocido en El increíble Hulk, aunque Leterrier asegura que realizó "importantes aportaciones", no sólo en su personaje sino en otros, si bien los cambios fueron más de diálogo que de historia.

En Hollywood, los caprichos de Norton serían más tolerables si generaran dinero, algo que no ha ocurrido. Hasta ahora, porque El increíble Hulk lleva camino de recaudar en un par de semanas lo que toda la filmografía de Norton junta. Pero eso no es garantía de que vaya a repetir en una futura entrega. "No hay nada firmado", aclara el realizador con educación en referencia al futuro. "Marvel no funciona así. No hemos firmado nada. Ni Edward ni yo".