El Fundi: "Tomás ha estado monstruoso"
Toda la plaza cardiaca. A merced de la voluntad del torero que no es la de morir, pero sí la de demostrar que posee una ética irrenunciable: hacer lo que cree que debe de hacer, pese a quien pese y caiga quien caiga, aunque sea él. Y así ocurrió.
Después de matar a su segundo, el torero por antonomasia marchó a la enfermería acompañado de su cuadrilla, cosido a cornadas y con dos orejas en el esportón, que le dieron esta vez paso franco por la puerta chica de la enfermería, habiendo ganado, sin embargo el derecho a traspasar la puerta grande a hombros.
El parte médico firmado por el doctor García Padrós habló en la tarde de ayer por él: "José Tomás presenta tres heridas por asta de toro, una en cara anterior del muslo derecho de 20 centímetros; la segunda en la rodilla, de cinco centímetros de extensión y la tercera en el tercio inferior de la pierna derecha. Pronóstico grave".
A contraestilo
El Fundi comentaba con modestia, no exenta de orgullo, el resultado de la tarde para él: "No ha habido opción; los toros muy a contraestilo de lo que pensábamos y bueno; no, no ha habido opción. Por mi parte se ha hecho lo que se ha podido. Yo creo que lo mejor ha sido con el capote. Y luego en la muleta han sido unos toros un poquito a contraestilo; pero la tarde, en general, ha sido para José Tomás, que ha estado monstruoso, monstruoso".
Juan Bautista parecía más apocado de lo habitual: "Como balance de mi actuación, creo que he sacado el máximo partido de cada toro y la gente lo ha visto y me ha tratado muy cariñosamente".
Su impresión general de la corrida no puede ser más que ésta: "La tarde ha sido muy bonita; muy apasionada. Ver a mi compañero José Tomás triunfar de esta manera ha sido impresionante. Cada uno tenemos nuestra personalidad. Yo he intentado dar el máximo, no he podido triunfar pero, por lo que a mí respecta, creo que he estado más que digno con la corrida".
Se le pregunta si no se ha sentido un poquito encogido ante lo que ha hecho José Tomás: "No. Somos distintos. Cada torero tiene su personalidad, su manera de interpretar el toreo, y el maestro lo consigue así y conmociona al mundo entero. A mí no me ha roto un toro y qué le vamos a hacer".