Contra las bombas de racimo
Si estoy bien informado, el artículo de Elena Valenciano Mamá, ¿el pulgar crece? (2/6) manifiesta una intolerable complacencia con la vergonzosa actitud de nuestro Gobierno ante las bombas de racimo.
España propuso que no se prohibieran todas las bombas de ese tipo, sino que se exceptuaran algunos modelos, casualmente de los que fabrica nuestro país.
Afortunadamente, su propuesta no prosperó, aun cuando se aceptó alguna otra exclusión. De ahí que la frase del artículo "A pesar de algunas reticencias, finalmente, lo hemos logrado", debería aclarar que esas "reticencias" procedían en parte de España.
Además, ¿necesitó el Gobierno esa reunión internacional para descubrir la inmoralidad de esas bombas? ¿Por qué razón siguió permitiendo su fabricación y venta durante los cuatro primeros años de gobierno, pese a la insistente denuncia de las ONG.