Londres califica de obscena la presencia de Mugabe en Roma
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, dirige un país en el que un tercio de la población, unos cuatro millones, dependen de la ayuda humanitaria. Muchos organismos internacionales, gobiernos y ONG consideran que Mugabe es el principal responsable de la destrucción de la economía de Zimbabue, exportador neto de alimentos hace unos años. Impasible a las críticas, subió ayer al estrado de la cumbre de la FAO (Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación) en Roma para arremeter contra el colonialismo occidental, al que culpa de los males de su país y de conspirar con la oposición para expulsarle del poder. Sin una palabra de autocrítica.
Los Gobiernos del Reino Unido, Alemania y Australia calificaron ayer de "obscena" la presencia de Mugabe en una cumbre que trata de resolver la crisis alimentaria mundial. Consideran que sus políticas para mantenerse en el poder a cualquier precio han condenado al hambre a decenas de miles de zimbabuenses.
La reforma agrícola con la que Mugabe confiscó en 2000 las mejores y más productivas tierras en manos de unos 6.000 granjeros blancos ha sido la causa del desastre económico. El presidente no procedió a la reforma prometida, sino que repartió las tierras entre sus seguidores más fieles, muchos veteranos ex guerrilleros y militares y sin experiencia agrícola.
Mugabe lleva en el poder en Zimbabue desde 1980 y considera que el desastre económico de su país, con una hiperinflación del 730.000% y un paro del 85%, se explica con las sanciones internacionales y el cambio climático. Culpa al Gobierno del Reino Unido, la antigua metrópoli, de conspirar contra él. El 27 de junio debería celebrarse la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Mugabe perdió en la primera, en la que se detectaron numerosas irregularidades; la principal, que tardó varias semanas en admitir la derrota por más de cuatro puntos y medio (43,2%-47,9%) frente al candidato opositor Mogan Tsvangirai, del Movimiento para el Cambio Democrático. Mugabe considera que Occidente financia a la oposición.
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