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El hospital de Sant Pau y la Fundación Puigvert reconstruyen un pene

La nueva técnica utiliza tejido del antebrazo del paciente

"¡Es igual que el que tenía!", dicen los médicos que le intervinieron que fueron las primeras palabras que pronunció un joven senegalés tras la reconstrucción completa del pene. No era para menos. Lo que un machete cercenó en un segundo hace cinco años ha sido reparado en 10 horas dentro del quirófano.

Hace tres semanas, un equipo multidisciplinar de la Fundación Puigvert y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona le implantó, durante una compleja intervención, un miembro completamente nuevo a partir del tejido del antebrazo del paciente (que tiene características similares al del pene), junto con dos arterias y dos nervios sensitivos; con la piel se le hizo una nueva uretra.

El joven, de 26 años y de etnia mandinga, fue atacado con un amigo en Costa de Marfil. Su amigo murió, cosido a machetazos. A él lo mutilaron, pero sobrevivió. Huyó a Mauritania y comenzó un largo periplo que lo llevó por las Canarias, Madrid, Asturias y Cataluña, donde reside desde hace tres años. Alguien le comentó que podía exponer su caso en la Fundación Puigvert, lo que hizo el pasado mes de enero.

Desde hace unos años, el equipo dirigido por Eduard Ruiz-Castañé, director del Servicio de Andrología de la Fundación Puigvert, y Jaume Masià, director del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, investiga en nuevos tratamientos para las amputaciones del miembro sexual masculino.

El nuevo pene tiene forma y tamaño similar al original. El paciente también ha recuperado su capacidad sensitiva erógena y la micción normal (por fin puede orinar de pie), y como conserva los genitales internos, puede eyacular y tener orgasmos. Pero deberá esperar unos seis meses para recuperar la capacidad eréctil, cuando ya le podrán implantar una prótesis hidráulica, explica Jaume Masià. También será capaz de tener hijos en el caso de que sea fértil, afirma Jaume Masià.

Desde que le han operado, ha cambiado completamente su actitud: "Era una persona hundida, triste y muy deprimida. Ahora está muy contento y aguanta las curas con estoicismo porque ve que su vida ha cambiado". Ahora el paciente espera que dentro de seis meses le implanten el sistema hidráulico en el cuerpo cavernoso del pene, con el cual podrá volver a tener erecciones y tener relaciones sexuales con penetración, añade Masià.

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Esta nueva técnica se puede aplicar independientemente de si la causa de la amputación es una enfermedad oncológica o una mutilación traumática, como una explosión o herida de bala, dice Eduard Ruiz-Castañé. De hecho, este equipo está estudiando dos casos de pacientes que sufrieron amputación del miembro viril a causa de un cáncer y que conservan entre uno y dos centímetros de pene, precisa Castañé.

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