Los chiíes de Irak se oponen al acuerdo militar con EE UU
El pacto prevé el establecimiento de bases permanentes
El máximo dirigente espiritual de los chiíes de Irak, el gran ayatolá Alí al Sistani, a través de su portavoz Ahmed al Safi, se manifestó ayer en contra del acuerdo de cooperación que el Gobierno de Nuri al Maliki negocia desde marzo con Estados Unidos, para que las tropas norteamericanas puedan permanecer en Irak sin que la ONU tenga que extender anualmente su permanencia. "No queremos que Irak firme tratados y se comprometa con nuevas obligaciones que le traerán nuevos problemas y afectarán a su soberanía", dijo en el sermón del viernes.
En términos más duros se pronunció el clérigo radical Múqtada al Sáder, miles de cuyos seguidores se manifestaron sin incidentes en Bagdad y otras ciudades del sur del país. "Ese acuerdo confisca la soberanía de Irak", rezaban muchas de las pancartas de los manifestantes.
Según la resolución 1790 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada el 18 de diciembre de 2007, la fuerza multinacional que dirige Estados Unidos en Irak puede permanecer en ese país árabe hasta el fin de 2008, aunque, como ocurre desde 2005, la estancia podría prorrogarse otros 12 meses con una petición expresa del Gobierno iraquí.
Al Maliki y la Administración de Bush quieren establecer de forma bilateral el futuro de la presencia militar estadounidense, de ahí el interés por firmar antes de que finalice el año un Acuerdo de Cooperación y Amistad a largo plazo. Entre la cooperación, la militar ocupa un lugar destacado y prevé el establecimiento de bases militares permanentes en el país.
"Ese acuerdo dejará ciego a Irak. Dará el 99% de nuestro país a los estadounidenses y meterá un soldado norteamericano en cada una de nuestras casas", declaró el jeque Mohannad al Gazawi, uno de los dirigentes políticos sadristas.
Al Sáder exige la inmediata salida de las tropas ocupantes de Irak y es uno de los oponentes más viscerales al Gobierno de Maliki, al que le reprocha las relaciones que mantiene con el invasor. El clérigo ha pedido a sus seguidores que se movilicen para impedir la firma de un pacto con el ocupante y pretende que todos los viernes, después de la plegaria, haya manifestaciones pacíficas por todo el país. Múqtada al Sáder sostiene que el Gobierno de Al Maliki no puede firmar un acuerdo de tanta relevancia para el futuro sino que debe de convocar un referéndum sobre su aprobación.
"Es peor que la ocupación", "es una guerra contra los iraquíes", proclamaban las pancartas de los manifestantes de Ciudad Sáder, uno de los barrios más populosos y deprimidos de Bagdad, habitado por chiíes.
"Las manifestaciones son el principio de lo que se espera que sea una larga y feroz batalla de los iraquíes contra la futura presencia militar estadounidense en Irak", dijo un portavoz de Al Sáder.
Mientras, el poderoso vecino iraní también hizo ayer un llamamiento a los iraquíes para que rechacen un acuerdo que prolonga la presencia militar estadounidense más allá de 2008. "La nación iraquí debe resistirse con coraje contra un pacto de seguridad estadounidense al igual que se ha resistido hasta ahora contra los ocupantes", dijo el presidente del Parlamento iraní, Alí Lariyaní, durante una visita a la ciudad sagrada de Qom, el Vaticano de los chiíes. "La retirada de los ocupantes es la única forma de establecer la seguridad en Irak", añadió el antiguo jefe de las negociaciones sobre el programa nuclear iraní.
Pero no sólo los chiíes se oponen al pacto, la Asociación de Ulemas Musulmanes, la máxima autoridad suní en Irak, lo ha descrito como "un nuevo mandato sobre Irak".
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