Indignación, vuelta a casa y un tipo listo
En Belgrado ayer tocaba recoger micrófonos, banderas y pelucas, y volar a casa. Algunos con resaca, tras asistir a la fiesta oficial del festival, en el Euroclub, donde sólo se bailaron temas de Eurovisión y cuyo público era mayoritariamente gay. En la televisión, la cadena pública serbia, la PTC, alardeaba de audiencia -4,5 millones de espectadores y un 47% de cuota- y de que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) les había felicitado por la organización.