Se vende castro por 20.000 euros
Un vecino de Carballedo ofrece su poblado celta porque la ley no le deja limpiarlo
Paco Nóvoa Nóvoa no tiene muchas esperanzas de deshacerse del muerto en esta ocasión. Y eso que siempre que ha ofertado alguna propiedad en Segundamano.es le ha salido redonda la jugada. El día 4 colgó en la web su heredad "más ruin", un otero de 8.444 metros cuadrados que corona el lugar de Castro de Morgade, en el municipio lucense de Carballedo, ya en el límite con la provincia de Ourense. "Vendo castro celta catalogado desde el que se divisa todo el valle, dotado de vistas inmejorables y una muralla de piedra. Se han encontrado restos arqueológicos a lo largo de la historia. 20.000 euros".
"Hay 5.000 castros en Galicia, la mayoría en terrenos privados", dice la Xunta
"Antes traíamos las ovejas a pastar. Ahora, si corto un tojo, me fríen a multas"
La loma ruin que compró el padre de Paco hace 40 años por 2.000 pesetas, esconde en su barriga peluda (una selva de maleza) un poblado fortificado y castrexo que destaca como un flan en la ladera porque tiene un foso excavado alrededor. A Nóvoa, dueño de una empresa de revestimientos en Chantada, le encantaría recuperar aquello y, si cupiese, montar en la cima "un caseto de meriendas". Pero no cabe.
"Si tocas una piedra se te echa la ley encima. Antes, aquí hacíamos el magosto, y traíamos las ovejas y las vacas a pastar. Mis padres lo tenían todo pelado, sacaban de aquí el estrume, y cortaban la madera de uz, que es muy buena como leña porque da mucho calor. Era bonito verlo todo limpio, pero yo no me atrevo a mover una piedra. Si corto un tojo me fríen a multas".
Paco se abre paso entre las xestas con dificultad. Quiere llegar arriba para mostrar el grandioso horizonte de carballeiras y pastos. De paso, va haciendo de guía turístico: "Todo por aquí va el foso, ¿veis? Lo que sacaron al excavarlo les sirvió para la muralla, que es redonda y va todo alrededor. El camino de entrada venía recto por ahí, y las casas estaban apiñadas en aquella parte del otro lado". Hay que echarle imaginación para ver bajo la maleza, la tierra y el musgo eso que describe el propietario. "Una vez encontramos un machico de piedra, con el agujero para poner el mango y todo. Y en otra ocasión, uno que llamábamos O Gaiteiro de Ourense escarbó ahí abajo un poco y sacó una olla de barro".
A Paco, en el fondo, le da igual vender que no vender. "Si lo vendo, bien. Pero, si no, al menos habré llamado la atención, que es lo que más me interesa. A ver si la Xunta o el alcalde me echan una mano para cuidar esto. Por verlo limpio, estoy dispuesto a poner dinero, pero ése no es el problema". El problema, según quien vende lo más antiguo por el método más moderno, es "que en Galicia no le hacemos caso a lo nuestro, y vas por ahí, a Canarias, a EE UU, y ves que le sacan jugo a cualquier cosa. Y encima te hacen pasar por caja: besas el santo por ver cuatro piedras".
El propietario del castro catalogado como "de Morgadáns", no de Morgade, recuerda que cuando él era adolescente (ahora tiene 39 años) y "no había control", vio varias veces grupos de arqueólogos excavando en el lugar. En el ayuntamiento, dice, le han asegurado que le ayudarían si no fuese por la Xunta. Y en la Xunta, desde la Consellería de Cultura, ya adelantan que no van a hacer nada al respecto. "Hay 5.000 castros en la comunidad, la mayoría en terrenos privados, y si la Administración comprase ése, tendría que comprar Galicia entera. El señor puede vender, pero el que compre ya sabe que no podrá hacer nada. El castro está igual de protegido sea quien sea su dueño, aunque no haya un policía vigilando".
Sólo en Carballedo, hay 10 castros localizados, aunque, según Nóvoa, el suyo es "el más grande". Este carballedés reconvertido en chantadino se lamenta de lo desconocido que es el municipio en el que nació, y no entiende cómo con este patrimonio el consistorio no edita una guía y traza una ruta de senderismo que recorra iglesias y vestigios celtas. Pero Paco sigue esperando. Quizás un día lo llame el concejal de turno y le anuncie que van a venir unos estudiantes de historia "a hacer prácticas". Mientras tanto, desde el día 4 sólo se han interesado por el castro buscadores de gangas exóticas que le enviaron correos pidiendo más datos. Todos de fuera de Galicia. "Sobre todo, madrileños".
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