El futuro
"El futuro pasa por un único sistema sanitario y ya veremos cómo lo financiamos. El sistema de copago es a la larga inevitable", reflexiona Gabriel Masfurroll, presidente de USP. A su juicio, el tirón de los seguros privados "ya es un tipo de copago que existe y que descarga al sector público".
Bajo fórmulas distintas, en lo que coinciden los expertos del sector privado es en que la colaboración de lo público y lo privado se intensificará en los próximos años. Hasta ahora, lo más común ha sido la fórmula de concierto con las comunidades autónomas, según explica Ignacio Riesgo, de Price Watarhouse Coopers. Pero modelos como el valenciano de Alzira o los acuerdos de la Comunidad de Madrid con el grupo Capio se están extendiendo. En el hospital de Alzira, la aseguradora Adeslas se adjudicó la financiación, construcción y explotación del centro y cobra una cantidad fija, aunque tenga que prestar más o menos atención sanitaria. De ahí que la compañía se las tenga que ingeniar para gestionar los recursos con eficiencia en busca de beneficios.
La naturaleza de modelos como éste tiene detractores. El portavoz de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Marciano Sánchez Baile, recalca que "la eficiencia es el mejor servicio al mejor precio. En sanidad significa menor coste, pero, desde luego, no más calidad. Lo que se hace es en realidad disminuir el nivel de servicios", sostiene.
La Comunidad de Madrid también es adalid de modelos de colaboración privada. La Consejería de Sanidad y Capio acordaron transferir al grupo privado la atención hospitalaria de la Fundación Jiménez Díaz, un centro que colabora con el Clínico y el 12 de Octubre. Del total de ingresos de Capio, el 7% corresponde a clientes privados, el 50% a aseguradoras y el resto, a conciertos con el sector público.
Otro modelo pasa por conceder a una empresa privada la construcción del edificio médico y la prestación de servicios generales, mientras que los sanitarios quedan en manos públicas. Pero persiste el problema de la falta de profesionales. España ha exportado médicos y enfermeros, así que Madrid ha optado también por dejar en manos de la empresa privada la búsqueda de los profesionales necesarios.
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