SOS Racismo arroja ceniza contra el confinamiento de extranjeros

Cinco activistas de la entidad SOS Racismo arrojaron ayer ceniza frente al único centro de internamiento para extranjeros (CIE) de Barcelona, en la Zona Franca. Fue un acto simbólico para protestar por la existencia de estos centros y, sobre todo, para expresar su rechazo a la directiva sobre detención y expulsión de extranjeros que el Parlamento Europeo prevé aprobar en los próximos días. "Los centros privan de libertad a personas que no han cometido ningún delito y la directiva agrava esa situación", explicó Begoña Sánchez, de SOS Racismo. Para protestar por el "recorte a los derechos humanos", los activistas quemaron un ejemplar de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y esparcieron sus cenizas. Aunque la protesta no fue convocada, los trabajadores del CIE no crearon ningún problema. Sólo pidieron a los activistas que después de la protesta dejaran la acera tal como la habían encontrado.

La mayoría de los inmigrantes que están en situación irregular en España y son cazados por la policía no llegan a pisar un centro de internamiento. Los jueces sólo acceden a aplicar esa medida cuando el individuo carece de domicilio conocido, lo que complicaría hacer efectivo su expediente de expulsión.