Examen para extranjeros en Holanda
Sobre el papel, el examen de lengua y cultura holandesas impuesto desde 2007 por el Gobierno holandés a los inmigrantes que deseen traer una esposa de su país de origen, o bien soliciten la reunificación familiar, es una medida destinada a fomentar la integración. En la práctica, se ha convertido en todo lo contrario. Así lo afirma Human Rights Watch, la organización no gubernamental dedicada a la protección de los derechos humanos, en su último informe.
Muy crítica con la norma, denuncia el hecho de que "vaya dirigida sobre todo a las comunidades turca y marroquí, y excluya de su cumplimiento a los ciudadanos de la UE (además de Suiza), EE UU, Canadá, Australia, Japón y Corea del Sur". Para Haleh Chahrokh, investigador de la ONG, "se trata de un intento de frenar la entrada en Holanda a un grupo concreto de personas, y lograr una reducción en el número de solicitudes procedentes de Turquía y Marruecos".
Holanda ya había sido objeto de duras críticas por parte de Human Rights Watch, en particular por haber devuelto a países como Irán a refugiados que aseguraban temer por su vida. Sin embargo, la regla denunciada ahora ha creado escuela y ha sido adaptada por otros países europeos. "Algunos inmigrantes no se sienten bienvenidos y ello entorpece aún más su adaptación a la sociedad holandesa", añade el informe.
El examen debe realizarse en la Embajada de Holanda en el país de origen del inmigrante que desea trasladarse. Situado frente a un ordenador, debe demostrar que maneja el idioma y está familiarizado con la nueva sociedad en la que aspira a vivir. Los gastos de la prueba ascienden a 350 euros y salen de su bolsillo.
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