Vizcaya recibirá 10.000 camiones de basura guipuzcoana
Los vertederos de Igorre y Jata acogerán hasta 2012 los residuos que el territorio vecino no puede gestionar
Los vertederos vizcaínos de Igorre y Jata (Lemoiz) recibirán cada uno de los cuatro próximos años 25.000 toneladas (el equivalente a 10.000 camiones) de residuos urbanos generados en Guipúzcoa, en virtud de un acuerdo anunciado ayer por ambas diputaciones forales. Guipúzcoa, que vive una situación crítica en el tratamiento de sus resididos sólidos, derivará cada año a Vizcaya esa cantidad de basura que sus vertederos no son capaces de gestionar.
Vizcaya cobrará a Guipúzcoa cerca de 6,5 millones de euros por su ayuda
El acuerdo tendrá una vigencia de cuatro años, hasta que se ponga en marcha la incineradora de Zubieta, que completará el tratamiento de los desechos producidos en Guipúzcoa. La entrada en vigor de este convenio queda pendiente de su aprobación por las Juntas Generales vizcaínas y por el Consorcio de Residuos guipuzcoano.
El vertedero de San Marcos, el principal de la provincia, ubicado junto a Rentería, recibía hasta 2007 cerca de 130.000 toneladas. Un acuerdo entre la Diputación, las ocho mancomunidades que gestionan las basuras y el Ayuntamiento de San Sebastián permitió comenzar a llevar esos residuos a los vertederos de Lapatx (Azpeitia), Urteta (Zarautz) y Sasieta (Beasain) desde el pasado mes de marzo. A cambio, San Sebastián se comprometió a acoger en su término municipal una incineradora, la instalación que, a partir 2012, ha de cerrar de forma definitiva la gestión de residuos urbanos de toda la provincia. La incapacidad de los vertederos de Lapatx, Urteta y Sasieta para asumir todo el volumen proveniente del vertedero de San Marcos, donde ha seguido depositándose el 15% de las basuras, obligó al Consorcio de Residuos a encontrar otro destino para éstos. Finalmente, y tras haber negociado también con el Ayuntamiento de Vitoria, el acuerdo con la Diputación vizcaína para transferir las 25.000 toneladas a dos de sus basureros permitirá el cierre de San Marcos antes del verano.
Los diputados generales de Vizcaya y Guipúzcoa, José Luis Bilbao y Markel Olano, respectivamente, hicieron públicos ayer los términos del pacto. "Es una aportación de Vizcaya a favor del medio ambiente de nuestro país", proclamó Bilbao, quien recordó que dos municipios vizcaínos, Ermua y Mallabia, derivan sus residuos al vertedero de Azpeitia. "Hoy por ti, mañana por mí", dijo. Más serio, Bilbao negó que los residuos de Guipúzcoa vayan a ir a parar a la incineradora de Zabalgarbi, cerca de Bilbao. Olano, por su parte, ubicó el acuerdo en la solidaridad: "Guipúzcoa necesita ayuda de un modo transitorio y Vizcaya ha tendido su mano".
"No pretendemos hacer negocio", declaró Iosu Madariaga, diputado vizcaíno de Medio Ambiente, al referirse al canon que pagará Guipúzcoa por endosarle las basuras. "Aplicaremos el precio que aplicamos a los municipios a los que damos servicio, 60 euros por tonelada más IVA, el justo para cubrir costes", explicó. Vizcaya cobrará a Guipúzcoa unos 6,5 millones de euros.
El vertedero de Jata tiene una capacidad para 460.000 toneladas anuales, por 244.000 el de Igorre. "25.000 toneladas más no van a suponer ningún trastorno", dijo Madariaga. Carlos Ormazabal, diputado guipuzcoano de Desarrollo Sostenible, aclaró que "los residuos a derivar no serán necesariamente los que ahora llegan a San Marcos. Lo más lógico es que a Vizcaya se deriven los residuos de las mancomunidades más cercanas".
Las reacciones políticas no se hicieron esperar. El PSE pidió la comparecencia en las Juntas Generales de Bilbao y de Madariaga. "Pese a su trascendencia, en ningún momento se ha informado [del acuerdo] a los grupos de la oposición", protestó el portavoz juntero socialista, José Antonio Pastor. El apoderado del PP, Andoni Aldecoa, fue mucho más allá. "Una cosa es ser territorios hermanos, y otra ser primos. Vizcaya no debe pagar los errores sobre residuos en Guipúzcoa"
El cierre de San Marcos, más cerca
Markel Olano lucía ayer en Bilbao la más amplia de sus sonrisas. "¿Una ronda de txakoli vizcaíno para celebrarlo? La pagaré encantado", exclamó el diputado general de Guipúzcoa. Su alivio era evidente. No era para menos. El acuerdo anunciado ayer le permite vislumbrar la luz al final de uno de los más largos y oscuros túneles que ha atravesado en su aún corto mandato: la gestión de los residuos urbanos del territorio, un asunto con muchos ángulos, todos polémicos, y con muchos afectados, todos activos. "Ésta es una gran noticia para la Mancomunidad de San Marcos, porque hoy se dan las condiciones objetivas para que se proceda al cierre del vertedero", proclamó Olano. La Diputación confía en clausurar San Marcos antes del próximo verano.
El vertedero de San Marcos, ubicado entre San Sebastián y Rentería, lleva 30 años operativo, lo que da una idea del grado de contestación y hartazgo vecinal. La instalación debió haber sido clausurada en octubre de 2007, pero su cierre se aplazó por la imposibilidad de los otros tres vertederos guipuzcoanos para absorber las 25.000 toneladas de residuos que ahora se derivarán cada año a Vizcaya. Este acuerdo aporta un balón de oxígeno al Gobierno de Guipúzcoa, pues le permitirá tener resuelto, aunque latente, un problema tan sensible como la gestión de residuos hasta que a finales de 2012 o principios de 2013 se ponga en marcha la incineradora de Zubieta (y una planta previa de biosecado térmico).
Esta instalación costará 186,8 millones de euros y gestionará la totalidad de los desechos que se generen en Guipúzcoa, lo que permitirá el cierre definitivo de los vertederos de Azpeitia, Zarautz y Beasain, reivindicación histórica de vecinos y mancomunidades.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.