Tomar paracetamol en el embarazo duplica el riesgo de asma en el hijo
La enfermedad tiene una prevalencia de más del 10% en la población infantil
Un estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) y el Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-Hospital del Mar) de Barcelona, con la colaboración de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, relaciona la ingesta de paracetamol durante el embarazo, especialmente en el primer trimestre de gestación, y el riesgo de que los niños sufran problemas respiratorios y/o asma en los primeros siete años de vida.
El estudio, publicado el 9 de abril en la revista Internacional Journal of Epidemiology, obtuvo información sobre la toma de paracetamol y otros 44 analgésicos -entre ellos, aspirina e ibuprofeno- en una muestra de 66.445 gestantes, cuyos datos procedían de la Base de Datos Nacional de Nacimientos de Dinamarca entre 1996 y 2003. Cuando los niños tuvieron 18 meses, se comparó la información disponible entre los que habían sido diagnosticados de asma y/o habían desarrollado problemas respiratorios y los que no; y de éstos, 12.773 volvieron a ser estudiados al cumplir siete años. Los resultados revelaron un incremento del 20% del riesgo durante los primeros 18 meses de vida y del 50% a los siete años.
Aunque todavía queda mucho camino para clarificar a qué dosis exacta se produciría el efecto y cuál es el mecanismo concreto de actuación, Manolis Kogevinas, investigador del CREAL-IMIM y coautor del estudio junto con la farmacóloga clínica Cristina Rebordosa, cree que "de la experiencia con otros medicamentos se puede deducir de forma bastante segura que para causar estos efectos ha de tratarse de una dosis no esporádica". La relevancia de este estudio residiría, según Kogevinas, en su interpretación epidemiológica, ya que el paracetamol es el analgésico de elección durante el embarazo y el asma es una enfermedad con una prevalencia de más del 10% en la población infantil.
Kogevinas explica que el análisis va en la misma línea que otro estudio anterior realizado por un equipo del King's College de Londres y la Universidad de Bristol en 2002, pero con una muestra menor, que ya halló una relación estadísticamente significativa, aunque con diferencias respecto del de CREAL-IMIM. Este estudio hace más énfasis en el primer trimestre de embarazo, porque "es cuando el feto metaboliza esta sustancia de forma menos eficiente".
Kogevinas subraya que ambos estudios dan más fuerza a la hipótesis de que el asma infantil podría iniciarse ya en el útero. Para Teresa Bazús, médica adjunta al Servicio de Neumología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y ex coordinadora del Área de Asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), la hipótesis del útero es plausible y también se detecta con otros factores, como la exposición al tabaco y a la contaminación.
Sin embargo, Bazús advierte que "hay que interpretar los resultados de este estudio con mucha cautela, porque durante los primeros 18 meses de vida muchos bebés presentan pitidos, a causa de infecciones respiratorias u otras patologías, y no derivan en un asma infantil". En su opinión, la traducción del estudio en la clínica consistiría "en valorar el riesgo-beneficio que supone tomar paracetamol a diario durante el embarazo".
A la espera de los resultados de un nuevo estudio que está realizando con una amplia muestra de niños del sur de Europa, Kogevinas propone moderar el uso de medicamentos durante la gestación: "Las alternativas al paracetamol son pocas", asume; "la aspirina sería una posibilidad, pero sólo durante el primer trimestre, y el ibuprofeno tampoco es una alternativa, porque tiene otros efectos nocivos sobre el feto".
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