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Entrevista:CAYETANO RODRÍGUEZ ESCUDERO | Secretario general del Sergas

"No hay crisis en la reforma sanitaria, sino mejoras ostensibles"

Cayetano Rodríguez Escudero (Puebla de Sanabria, 1949) dirige el Servicio Galego de Saúde (Sergas) desde hace año y medio. La reforma sanitaria que ha emprendido el actual Gobierno tropieza con una herencia "desastrosa", pero sus resultados positivos serán ostensibles en pocos meses, asegura.

Pregunta. ¿Está en crisis la reforma sanitaria que ustedes comprometieron?

Respuesta. En tanto que fracaso o fallo, no hay crisis en absoluto. Al contrario. En su sentido filosófico o vital, de crecimiento, de mejora, entonces sí hay crisis. Estamos en un proceso de reestructuración para corregir déficits históricos y empezamos a conseguir resultados que ya se están visualizando y que se harán ostensibles en los próximos meses. Todos los indicios son de mejora.

"Estamos en un proceso de corrección de déficits históricos"
"Las críticas del PP son demagogia, llevaron al sistema a la quiebra"
"El paciente está en su derecho de criticar y exigir. Lo entiendo"
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P. Eso mismo podría indicar lo mal que se está...

R. Estuvimos peor. Hemos marcado un punto de inflexión y ahora avanzamos en otra dirección. Se necesitaba una apuesta en profundidad por la sanidad pública, creer en ella y solventar los déficits de los últimos años, y eso es lo que estamos haciendo. Con compromiso presupuestario. El gasto sanitario per cápita ya está en la parte media alta del Estado; en los Presupuestos, han sido casi 850 millones de euros más en los últimos tres años, un 30% más que en 2005.

P. ¿Le parece suficiente?

R. No, nunca es suficiente. Pero ese incremento presupuestario ya es un primer referente de la apuesta de este Gobierno por la sanidad pública. Por ejemplo, en 2005 había una deuda a proveedores de más de 400 millones y hoy es cero. Lo que antes se pagaba con brutales intereses de demora, ahora tiene una aplicación sanitaria. Hemos acabado con la precariedad laboral, causa de descontento y huída de los profesionales. La oferta pública de empleo y el plan de estabilización han sido dos instrumentos esenciales para estabilizar y capitalizar el sistema. Y los profesionales que en su momento se vieron obligados a marchar están regresando por la estabilidad que se les ofrece, como lo demuestran los casi 1.500 médicos de atención primaria de todo el Estado que acudieron a nuestra oferta.

P. ¿Por qué no se acaban de ver esos cambios?

R. La reforma es en profundidad y la reordenación asistencial no da frutos a corto plazo. El actual modelo de Atención Primaria (AP), por ejemplo, tiene 24 años y las condiciones sociales han cambiado. Es una obligación ética de la Administración cambiar para adecuarse al ciudadano y no que el ciudadano tenga que adecuarse a la Administración. Es un proceso de gran calado, funcional y estructural. Y que va a dar resultados.

P. ¿Cuál es su principal punto de ataque en la reforma?

R. Hemos puesto la AP en el centro del sistema, como piedra angular que es, y en 2011 concluirá el proceso que la convierta en un servicio del siglo XXI. Este año hemos creado más de 700 plazas, las centrales sindicales y las sociedades científicas avalan el cumplimiento del plan para disminuir la masificación y la burocratización y aumentar la capacidad de resolución y la legitimación social del sistema. El médico podrá atender más tiempo al paciente y aumentar la capacidad de resolución.

P. Pero las listas de espera no dejan de dar que hablar...

R. Son un elemento de deslegitimación del sistema y hay cosas que deberán mejorar aún más, como por ejemplo en ginecología, trauma, dermatología, cardio..., son siempre las especialidades más masificadas, con problemas que podrán resolverse en gran parte en AP. El proceso ahora es largo: el médico de cabecera manda al especialista, que encarga unas pruebas o análisis, y hasta que llegan de vuelta pueden pasar seis o siete meses, o más. Es necesario mejorarlo. El objetivo es que las consultas mas prevalentes tengan resolución en un solo día. Ya funcionan 38 consultas de alta resolución o de acto único y seguiremos extendiéndolas progresivamente: podrán beneficiar al 70% u 80% de los pacientes. Esto, unido a la gestión por procesos, conforman el núcleo de la reorganización del sistema.

P. ¿En qué grado de desarrollo está ahora?

R. Ya hay protocolos y guías para los procesos más frecuentes. Se trata de que las patologías no sean cosa de una sola especialidad, sino que susciten procesos asistenciales. Estamos definiendo los diez procesos más frecuentes, de modo que los profesionales que aborden esas patologías trabajen en un mismo proceso alrededor del paciente, y no que el paciente tenga que ir saltando de especialista en especialista como hasta ahora. Estamos mejorando además la disponibilidad y el alcance de la tecnología, con desplazamiento de unidades móviles para las pruebas diagnósticas, con la receta y la historia clínica electrónicas... El médico de cabecera tiene ya menos tarjetas sanitarias y puede pedir pruebas (resonancias, ecografías, scanners) que hasta ahora estaban reservadas al facultativo de hospital. Todo ello confluye en un ahorro de tiempos y una mayor eficiencia del sistema.

P. Para el PP, sin embargo, su reforma está siendo un fiasco.

R. Lo del PP es un ejercicio de demagogia y cinismo para hacer olvidar la situación en que metieron a la sanidad pública de este país: la llevaron a la quiebra. La deuda penalizaba la estructura del sistema y las listas de espera (ellos crearon la lista de espera no estructural y la ocultación como forma de trabajo) eran la expresión de la situación. No es que las listas estuvieran maquilladas, sino que directamente se ocultaban, o incluso se citaban como exponente del éxito del sistema...

P. ¿Están cerrando ustedes agendas?

R. Está prohibido desde 2005. Tenemos abiertas más de 4.600 agendas y, si en algún momento no es posible adjudicar la cita cuando lo solicita el paciente, es por circunstancias puntuales. No se puede elevar la anécdota a categoría. Si fuese algo generalizado, como pretende el PP, sería sencillamente insoportable desde el punto de vista social. Cuando se cierra alguna, buscamos los motivos y las soluciones, que tardan más o menos dependiendo de las circunstancias de esa incidencia, que siempre es temporal.

P. El paciente puede no entender los motivos.

R. Está en su derecho de criticar y exigir. Lo entiendo. Pero en ningún caso se produce abandono por parte del sistema. Siempre se garantiza la atención. Estamos en más de 24 millones de consultas anuales y crecen en más de dos millones por año. Un sistema sin barrera de acceso o de demanda, obliga a una gestión de la misma con criterios de equidad. El problema radica en esa gestión: que no espere quien no puede esperar.

P. ¿Y cómo lo resuelven?

R. Depurando los modelos de gestión de la espera, en eso estamos. Con problemas importantes en el sistema de información de las consultas externas y de las pruebas diagnósticas, aunque se han introducido evidentes mejoras en los últimos meses y estamos obteniendo resultados esperanzadores.

Cayetano Rodríguez Escudero, secretario general del Sergas
Cayetano Rodríguez Escudero, secretario general del SergasLALO R. VILLAR

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