5.000 personas piden en Mondragón la libertad de su alcaldesa
Grupos de jóvenes queman un cajero y contenedores tras la manifestación
La izquierda abertzale congregó ayer en Mondragón (Guipúzcoa) a unas 5.000 personas en una manifestación "nacional" en solidaridad con su alcaldesa, Inocencia Galparsoro, de ANV, encarcelada desde el pasado miércoles por orden del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, y para denunciar el "estado de excepción" que vive el País Vasco. Los seguidores de la formación radical, que corearon continuas consignas contra del PSOE y el PNV, quisieron convertir la marcha en una demostración de fuerza en uno de sus feudos y advertir a ambas formaciones de que no van a dar "ningún paso atrás".
Mondragón se encontraba ayer plagada de pintadas a favor de la regidora y de ANV, tantas como las que acusaban al PSOE de "fascista" y "terrorista" y al PNV de "español". Los manifestantes pudieron recrearse en ellas durante su recorrido por las principales calles de este municipio de 22.200 habitantes.
La marcha estuvo encabezada por representantes de la formación suspendida y por el ex alcalde de la localidad Xabier Zubizarreta, de EH, apartado del cargo en 1997 por una moción de censura tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, quienes portaban una pancarta con el lema en euskera "Stop al estado de excepción. Autodeterminación para Euskal Herria". Entre los asistentes se encontraban históricos dirigentes de HB como Itziar Aizpurua y José Luis Elkoro, los parlamentarios vascos del PCTV Nekane Erauskin y Julián Martínez y cargos locales de ANV en Guipúzcoa.
"Salto cualitativo"
La convocatoria fue planificada el pasado miércoles, coincidiendo con la detención y posterior encarcelamiento de Galparsoro por formar parte de las estructuras de ETA e incumplir la suspensión de actividades judicial de ANV dictada por Garzón. El nombre del juez y las siglas socialistas figuraban encuadrados en una diana en una calle. La marcha discurrió en un momento dado por el barrio San Andrés, a pocos metros del lugar donde el ex edil socialista Isaías Carrasco fue asesinado a tiros por ETA el pasado 7 de marzo.
La manifestación concluyó en la plaza del pueblo, que se quedó pequeña para reunir a todos los presentes, con un acto político que sirvió para ensalzar a la encarcelada y culpar a socialistas y peneuvistas del "grave salto cualitativo" que representa su envío a prisión.
Tras el mitin y cuando los manifestantes comenzaban a dispersarse, grupos de jóvenes alborotadores quemaron seis contenedores y un cajero del Santander en el centro de la localidad, lo que motivó el despliegue de dotaciones de la Ertzaintza.
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