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El parón inmobiliario frena el crecimiento del entorno de Baqueira

Las empresas del Pirineo paran obras y compiten con inversores para vender

Lluís Pellicer

El parón de ventas ha abierto todavía más la herida urbanística de Val d'Aran. El fuerte crecimiento previsto en el planeamiento de Naut Aran, con nueve núcleos de población, ha inundado el mercado de viviendas que acusan la crisis inmobiliaria. Todo el suelo disponible está prácticamente agotado. Hay espacio para unas 1.500 viviendas en una localidad que no llega a las 1.800 personas. El mayor proyecto es una urbanización de 500 apartamentos en la Val de Ruda, en Baqueira. Pero allí se ha desencadenado ahora una guerra entre inversores y promotores para deshacerse de los pisos, difíciles de vender.

Hay silencio entre los promotores que trabajan en la comarca. "La promotora de la Val de Ruda [Baqueira 1.500] está retrasando la cuarta fase. No la empezarán hasta que no coloquen todos los pisos de la tercera. El ritmo no es el mismo", asegura un promotor.

Fuentes del sector aseguran que se han vendido 330 de los 500 apartamentos. Pero la reventa es amplia. "¿Si tenemos pisos de la promoción? Sí, de reventa", asegura la comercial de una agencia inmobiliaria de la zona. Y saca un listado de inversores que adquirieron viviendas de la primera y segunda fase. "Están sin usar y son más baratos que los que vende la promotora", sostiene. "¿Por qué? Pues ahora no es un buen momento y no quieren perder dinero. Como los compraron a buen precio, pueden competir bien", añade.

Los números cuadran. La promotora Baqueira 1.500 ofrece viviendas de dos habitaciones desde 550.000 euros (hace dos años partían de los 560.000) y de tres por 610.000 euros, cuando en diciembre de 2006 sólo se encontraban por más de 700.000, según datos de la propia empresa. En la lista de la agencia inmobiliaria hay pisos de dos habitaciones por 570.000 euros. "Pero se puede conseguir un descuento. Y a diferencia de los de la promotora, tienen garaje e IVA incluidos", matiza.

El responsable de Finques Pirineu, Joan Torras, explica que ahora es "un buen momento para el comprador", puesto que éste puede hacerse con pisos incluso "a precio de hipoteca". "Muchos sólo quieren subrogar la hipoteca. Yo acabo de cerrar una operación de un piso que costaba 234.000 euros en Sort y que se lo han llevado por 162.000", afirma.

Torras sostiene que los mayores problemas los tienen los inversores, muchos de los cuales se están echando atrás a la hora de formalizar una compra. "El problema está cuando han dado la señal para 14 o 15 pisos. Cuando les llaman para comunicarles que ya han terminado las obras y que deben abonar el resto, prefieren perder la señal si ya tienen en sus manos pisos de los que no se pueden desprender", asegura Torras. Con él coincide el director del Master en Asesoría y Consultoría Inmobiliaria de la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos. "¡Es que es tercera residencia! Sí que puede haber alguien que compre un piso para disfrutarlo, pero no es la mayoría. No se vende", explica.

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Hasta hace poco, la saturación del entorno de Baqueira amenazaba a otras zonas limítrofes, sobre todo del Pallars Sobirà, pero también el Pallars Jussà. Pero parece que la crisis inmobiliaria dará una tregua al entorno. "Los promotores que no inician obra nueva. Yo les aconsejo que no lo hagan hasta que el mercado no se recupere. O que vayan poco a poco. Por ejemplo, que la estructura en vez de hacerla en dos meses la construyan en seis. Todo esto saneará el mercado", remacha Torras.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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