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Entrevista:ANA MURCIA | Trabajadora salvadoreña

"La mayoría se halla sin derechos laborales"

A Ana Murcia, salvadoreña de 42 años, le parece que acusar a los vascos de racistas es generalizar, aunque alerta de que las discriminaciones persisten. Por ejemplo, sus compañeras de la asociación guipuzcoana de mujeres inmigrantes Garaipen afirman que en muchos bares del pueblo no les sirven, alegando que están fuera de servicio. En su caso, no siente un racismo explícito pero sí "cierta energía, miradas, gestos..." Las trabajadoras del hogar internas sufren una discriminación constante, precisa, "pero luego en su tiempo libre conocen a gente vasca solidaria", matiza.

Entiende que los inmigrantes se sientan más apoyados por vascos porque "tienen resueltas más cosas para ayudarte: redes familiares, ahorros,..." Además, muchos inmigrantes son reticentes a intimar con gente de su país "porque se dan casos de envidias y equívocos".

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Dos de cada tres latinoamericanos se han sentido discriminados

Recuerda que la mayoría trabaja "en precario, sin derechos laborales". Murcia se licenció en Filosofía en su país y dirigió una organización social, pero en Euskadi trabaja como auxiliar de personas dependientes. "Es un proceso de reajuste que hay que hacer, pero es muy frustrante". Le costó dos años y medio reagrupar a sus hijos, "una responsabilidad bien dura, pero que no cuestionas". Pese todo, engrosa el porcentaje de quienes se declaran satisfechos con sus vidas: "Las dificultades se compensan al ver que apoyas a familiares, tienes trabajo y seguridad".

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