Hamás lanza otra ofensiva contra el bloqueo de Gaza
Egipto media para que se reabra el paso fronterizo
A base de sangre de los jóvenes y dispuestos milicianos, el Gobierno de Hamás en Gaza no va a permitir que se olvide la penosa situación que padece el territorio ocupado después de diez meses de bloqueo total, sólo aliviado por la voladura de la frontera con Egipto en enero. Las Brigadas Ezedín el Kassam han puesto todo su empeño para atacar la terminal fronteriza por la que se distribuye el diésel y la gasolina a Gaza y, el sábado, el paso por el que transita la escasa ayuda humanitaria que ofrece Naciones Unidas.
Ayer amenazaban con renovar los ataques si no se levanta el asedio. Una advertencia que tiene por destinatario no sólo a Israel. El Cairo toma nota, y se esfuerza por negociar una solución al atolladero, que incluya la apertura de los cruces, un alto el fuego entre Israel y Hamás y un intercambio de prisioneros palestinos a cambio del soldado judío Gilad Shalit.
30 palestinos han muerto desde el pasado jueves por ataques israelíes
Las colas de automóviles han desaparecido de las gasolineras. No porque escasee el combustible. Es que ya no hay. Tan sólo escuálidas cantidades de gas que sólo sirven a los conductores que han adaptado sus motores. Las ambulancias dejaron de circular el sábado y las clases en las universidades fueron suspendidas algunas jornadas porque los estudiantes no pueden llegar a los campus.
Como siempre, la violencia sube y baja como por un tobogán. Más de 30 palestinos han perdido la vida desde el jueves. Trece de ellos niños, mujeres y hombres inocentes masacrados por una bomba de fragmentación en un campo de refugiados en el centro de Gaza, como casi todos ellos, densamente poblado. Varios organismos internacionales han pedido una investigación para esclarecer la carnicería. Les cuesta entender que los militares hebreos, con los medios tecnológicos a su disposición, no puedan impedir estas matanzas. Sobre todo la muerte del cámara de la agencia Reuters, que viajaba en un vehículo perfectamente identificado.
Hamás elige el momento. En la víspera del Pesaj, la pascua judía que se celebró ayer, y con el ex presidente de EE UU Jimmy Carter de gira por la región, el reclamo es el más oportuno. Los jefes de Hamás -Jaled Meshal, en el exilio de Siria, y Mahmud Zahar y Said Siam- se han entrevistado durante horas con el ex mandatario.
El gesto ha escocido en el Gobierno israelí, que no ignora que la comunidad internacional ya está convencida de que el inmisericorde bloqueo -"un crimen y una atrocidad", en palabras de Carter- es una política errónea. No debilita a Hamás, porque a ojos de los palestinos el presidente, Mahmud Abbas, y el Gobierno de Salam Fayad, que sólo rigen Cisjordania, negocian con el Ejecutivo hebreo para que sobre el terreno nada cambie.
"La política de aislamiento de la Administración estadounidense comienza a desmoronarse", declaró Mohamed Nazzal, uno de los líderes políticos fundamentalistas. Los portavoces del brazo armado advierten: "Si no se levanta el cerco, pronto llevaremos a cabo ataques con todos los medios a nuestro alcance".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.