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Reportaje:

Miradas a la realidad

Los documentales tendrán su propio escaparate a partir de noviembre de 2009

Aurora Intxausti

El cine documental ha encontrado su hueco y ya reclama un escenario en el que mostrar las últimas producciones de realizadores españoles y latinoamericanos que contemplan el cine desde una visión diferente: la del cine de lo real.

Según los responsables de esta sección del Festival de Cine de Málaga, este espacio se ha quedado pequeño, y por ello se va a desligar de la muestra para disponer de un escaparate propio. Será en noviembre de 2009 cuando, en coincidencia con Mercadoc, el mercado de compraventa de producciones que se celebra todos los años en esas fechas empezará a celebrarse DocuMálaga como festival de cine documental de pleno derecho. Será una ocasión para la exhibición de muchas más piezas de las que han tenido cabida en el festival con el formato que ha presentado hasta ahora. Por ejemplo, en esta edición, los organizadores tuvieron que seleccionar tan sólo 18 de los 250 que se presentaron a la convocatoria.

Hay todo tipo de miradas: a la historia, a la actualidad, a la familia y al recuerdo
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Un lugar de encuentro

Durante los 10 días que dura el Festival de Cine de Málaga, el documental ha vuelto a demostrar que merece una vitrina de exhibición porque cuenta con un público entusiasta de este género. Ha habido un poco de todo: miradas a la historia y la realidad más reciente, a la música, a la familia y, cómo no, al recuerdo son los temas de los trabajos que se han podido ver en los cines de la ciudad andaluza.

Hoy, Carlos Carca presenta la biografía musical de Bebo Valdés, un repaso a la trayectoria de uno de los últimos supervivientes de la época dorada de la música cubana de los años cuarenta y cincuenta. Manuel Horrillo se adentra en una historia olvidada de principios del siglo XX, cuando Francia y España se enfrentaron a la resistencia del Rif en una guerra devastadora en Rif 1921 (Una historia olvidada). Tapologo, de Gabriela y Sally Gutiérrez Dewar, lleva con sus imágenes al centro del dolor, la dureza y el proceso de superación de un grupo de mujeres enfermas de sida que viven en Freedom Park, un asentamiento ilegal surafricano situado junto a una mina de platino, un poblado de chabolas en el que malviven 25.000 personas.

En la edición de este año han participado nombres punteros en el documental político, como Fernando Pino Solanas, que, con Argentina latente, ha puesto fin a la tercera parte de su tetralogía sobre la Argentina, que comenzó con Memoria del saqueo (2004), siguió con La dignidad de los nadies (2005) y terminará con Los hombres que están solos y esperan, que está en rodaje. Mario Handler muestra, con Decile a Mario que no vuelva, el Uruguay de la actualidad desde la visión de quien regresa de un largo exilio con ciertas dosis de autocrítica. David Blaustein y Andrés di Tella indagan en la memoria familiar con Hacer patria y Fotografías, mientras que el peruano Alejandro Legaspi bucea en su propia obra cinematográfica con Sueños lejanos.

En los documentales presentados a concurso hay espacio también para el análisis y la reflexión sobre el cine, y lo hacen en Los fabulosos hermanos de la luz, de Olaia Sendón, o Un lugar en el cine, de Alberto Morais.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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