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Sanidad justifica el cierre de un centro médico por una inundación

Los sindicatos creen que se quiere trasladar el servicio al hospital Infanta Leonor

Elena G. Sevillano

Persianas a medio bajar, consultas vacías y decenas de pacientes desorientados. En la puerta, una trabajadora hacía lo posible por informar: "Venía para pedir una cita", decían muchos camino de Atención al Paciente. No pasaban de la entrada. "Aquí ya no damos citas. Este centro está cerrado. Mañana [por hoy] colgaremos un cartel con el número de teléfono en el que le informarán". Caras de resignación o de mosqueo, según los casos, y media vuelta. Ése era el panorama ayer en el centro de especialidades Montes de Barbanza, en Villa de Vallecas.

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El centro suspendió su actividad el lunes por la tarde a causa de una inundación provocada por la lluvia. Desde entonces, los pacientes -a los que han conseguido localizar por teléfono los administrativos- están siendo derivados al centro de especialidades Federica Montseny (a tres kilómetros) o al nuevo hospital Infanta Leonor (a 5,5 kilómetros).

Sanidad insiste en que el cierre es temporal, para hacer obras, pero tanto los trabajadores del centro como el Sindicato Asambleario de Sanidad (SAS) están convencidos de que no volverá a abrir. "Han usado la inundación como excusa. Hace tiempo que quieren desmantelar esto. Así no tienen que dar explicaciones", decía un funcionario de Atención al Paciente. "Es la crónica de una muerte anunciada. Iban a cerrar en verano para arreglarlo y lo han adelantado", afirmó ayer Ángel Navarro, portavoz del SAS. El sindicato denuncia que se quiere centralizar la atención especializada en los nuevos hospitales. El centro tiene 30 años y muchas deficiencias: no hay ascensor, ni salida de emergencias y todas las ventanas tienen rejas fijas. "Esto lleva 10 años sin pintar y siempre hay inundaciones si llueve", aseguró Santiago, el celador.

Una portavoz de Sanidad no quiso confirmar ayer que estuviera previsto cerrar en verano para hacer obras. Se limitó a asegurar que el centro está "impracticable" y "no reúne condiciones para atender al público". Sin embargo, este periódico visitó el centro el martes por la tarde y comprobó que el suelo ya estaba limpio y que los trabajadores volvían a usar la sala de descanso por la que empezó a salir el agua junto con aguas fecales. El centro comparte los bajos del edificio con un colegio concertado, el Nueva Castilla, que también se inundó el lunes. "No paraba de caer agua por las escaleras", relató ayer una empleada. Al día siguiente los alumnos fueron a clase con normalidad.

La portavoz de Sanidad aseguró que "el edificio entero tiene un problema estructural de saneamiento" y esperan "el peritaje de la compañía de seguros de la comunidad" para saber cuánto durarán las obras. "El peritaje ya se ha hecho", aseguró José Barragán, presidente de la comunidad. "Hay un problema en las bajadas y las arquetas. Este lunes iban a venir a arreglarlo, pero los del ambulatorio no quisieron. Dijeron que esperásemos a que se fueran, en verano".

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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