Parón en la economía mundial
El FMI pronostica una "recesión suave" en EE UU, que se contagiará al resto de países por la crisis financiera
Si Estados Unidos tiene gripe, el resto estornuda. La teoría se puso en cuestión hace un año, cuando se rebosaba de optimismo en el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la marcha de la economía global, y en especial por la fuerza de los países emergentes. La crisis financiera vuelve a poner de relieve, sin embargo, que el desacoplamiento no tuvo lugar y que la recesión que prevé para EE UU arrastrará al resto, hasta el punto de que el crecimiento mundial bajará al 3,7% del PIB, frente al 4,9% de 2007, y no se descarta un escenario de contracción global.
El FMI optó por irse al extremo, con proyecciones más pesimistas de lo que esperan en general los Gobiernos. "Las nuevas estimaciones son fruto de un análisis honesto de cómo vemos las cosas este año. Sobre la base de lo que sabemos hoy, ésta es la mejor previsión que podemos hacer", dijo el consejero económico del Fondo, Simon Johnson, que explicó que la desaceleración está siendo especialmente "aguda" en las economías avanzadas, para las que augura un crecimiento del 1,3%, la mitad que en 2007.
El precio de los alimentos será alto hasta 2015, según el Banco Mundial
EE UU es la más afectada, hasta el punto de que el FMI habla de una "recesión suave" en 2008 por el estallido de la doble burbuja inmobiliaria y financiera. Es un escenario que contempla la Reserva Federal (Fed) para el primer semestre. La previsión es que su economía crezca un 0,5% en 2008, un punto por debajo a lo dicho en enero y lejos del 2,2% de 2007. La actividad repuntará el año próximo, aunque no le da más de un 0,6% de crecimiento.
Pero los problemas no acaban ahí. El FMI dice, nueve meses después de aflorar los primeros síntomas de la crisis, que las perturbaciones en el mercado de deuda "se propagaron rápida e imprevisiblemente" por todo el sistema financiero. La zona euro, que se declaraba al margen, verá este año cómo su tasa de crecimiento bajará al 1,4%, frente al 2,6% de 2007. Son dos décimas menos de lo previsto en enero. Para 2009, será del 1,2%.
El motivo de este fuerte desajuste en los países avanzados es triple: los desbordamientos comerciales, las tensiones financieras y un ciclo negativo de la vivienda en algunos países. Japón se muestra más resistente que el resto. Mientras que el pilar del crecimiento mundial sigue estando en los países en desarrollo o emergentes, que conservarán el dinamismo gracias al impulso de Rusia, China, India o Brasil. Aun así, también se observan correcciones, al crecer un 6,7% este año frente al 7,9% de 2007.
Simon Johnson afirma que la balanza global de riesgos se inclina claramente del lado negativo y dijo que existe un 25% de posibilidades de que esa tasa de crecimiento pueda caer por debajo del 3%, lo que para el FMI equivale a una recesión mundial. Se teme que la crisis crediticia afecte a la demanda interna más aún, por su efecto combinado con el alza de las materias primas y la energía.
Ante este panorama, el FMI explica que los bancos centrales tienen el reto de lograr un difícil equilibrio al disipar los riesgos que pesan sobre el crecimiento y contener el alza de precios en materias primas. Un repunte que no parece pasajero: el Banco Mundial advirtió ayer de que el nivel de precios de los alimentos básicos puede mantenerse alto al menos hasta 2015. La política monetaria es el primer muro de contención. El FMI apoya la estrategia de reducción drástica de tipos de interés en EE UU. Y en el caso de la zona euro, invita al BCE a que relaje la política monetaria, incluso si la inflación es demasiado elevada.
El Fondo cree que la política fiscal debe ser una segunda línea de defensa. Los países con las cuentas públicas saneadas pueden acudir temporalmente al superávit para conseguir el respaldo que necesitan. Aunque precisa que debe hacerse sin poner en peligro la consolidación fiscal a medio plazo y sin descuidar la inflación.
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