El FMI augura para España el mayor frenazo entre los países avanzados
El PIB crecerá este año sólo un 1,8%, según la última estimación del Fondo
El FMI tomó ayer la delantera en la subasta a la baja en que se han convertido los pronósticos sobre la evolución económica de los países desarrollados y, en particular, de España. El último informe del Fondo, publicado ayer, incorpora un drástico recorte en las previsiones sobre la economía española, que crecería un 1,8% este año, la tasa más baja desde la recesión de 1993. Sólo para el caso de Estados Unidos, que bordea la recesión, los expertos del FMI reflejan un deterioro de las perspectivas más rápido aún.
La inflación y el paro serán los más elevados entre las economías punteras
El Gobierno achaca al organismo "una visión demasiado pesimista"
El pronóstico del FMI sobre la economía española no sólo es el más pesimista entre los aireados en los últimos meses. También implica, de cumplirse, que España sufrirá un frenazo casi en seco de su actividad en un periodo muy corto de tiempo. Según las previsiones del Fondo ninguna otra economía avanzada sufrirá una desaceleración tan acentuada (el crecimiento del PIB español bajaría del 3,8% al 1,8% en un solo año). Y para encontrar una ralentización tan intensa en España hay que remontarse, de nuevo, a la crisis de los noventa: entonces, la economía pasó de crecer un 0,9% en 1992 a contraerse un 1,3% en 1993.
Como en el resto de los países desarrollados, el FMI atribuye parte del deterioro previsto para la economía española al impacto de la crisis financiera internacional, "una de las más graves desde la Segunda Guerra Mundial", en opinión de Charles Collyns, subdirector del departamento de análisis del Fondo. Pero en el caso de España sus expertos dan más importancia aún al brusco recorte de la actividad inmobiliaria. "La corrección en el sector de la vivienda será un freno sustancial para la economía durante un tiempo", añadió Collyns, "hubo un boom inmobiliario insostenible, y los precios deben ajustarse".
El FMI considera que el valor de la vivienda está entre un 15% y un 20% por encima de lo que se ajustaría a los niveles de oferta y demanda. España no es la única economía con este problema -Irlanda y Reino Unido experimentan un fenómeno similar-, pero sí en la que más se dejarían notar sus consecuencias, según el análisis del Fondo.
Las cifras del FMI son las menos halagüeñas, pero no las primeras que se rebajan. De hecho, todos los centros de investigación de entidades españolas y de organismos internacionales han encadenado revisiones a la baja de sus pronósticos. La semana pasada, el Banco de España situó su estimación en un crecimiento del 2,4% para este año. Y los expertos del BBVA apuntaron este lunes a una tasa del 1,9%. Todos estos ajustes dejan muy antiguos los últimos cálculos realizados por el Gobierno, que bajó en diciembre su previsión para 2008 del 3,3% al 3,1%.
El Ejecutivo español no tiene previsto revisar su estimación hasta junio, pero el vicepresidente económico en funciones, Pedro Solbes, ha admitido en varias ocasiones que todo apunta a una rebaja del crecimiento previsto. Lo que no parece probable es que el recorte sea tan abultado como el que anticipa el FMI. Un portavoz del Ministerio de Economía sostuvo que el Fondo tiene una visión "demasiado pesimista de la economía española". Una opinión sustentada por hechos: desde 1996, los pronósticos del FMI se han quedado siempre por debajo de lo que marcó luego la evolución real.
La pronunciada desaceleración que augura el FMI se hará notar, según su análisis, en dos de las tradicionales fallas de la economía española: el desempleo y los precios. Las previsiones del Fondo sitúan la inflación de este año (4% de promedio anual) en el nivel más alto entre las economías desarrolladas. Y el deterioro del mercado laboral culminaría en 2009 con una tasa de paro del 10,4% (frente al 8,3% de 2007). España sería la única economía avanzada que alcanzaría los dos dígitos en este índice estadístico.
Collyns destacó que, pese a la brusca desaceleración prevista, España crecerá más que la zona euro (1,4%) y que los países del G-7. El FMI también recorta de forma notable su estimación para 2009 (el PIB crecería un 1,7%, frente al 2,5% pronosticado en enero). Sin embargo, apunta a una sólida recuperación en el último trimestre del próximo año.
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