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La tubería del Ebro a Barcelona, por la autopista

El Gobierno estudia que el trasvase discurra por la mediana de la vía

La última idea para trasvasar agua del Ebro a Barcelona es una nueva tubería que iría por la mediana de la autopista de peaje AP-7. Con esta obra, el agua llegaría a Barcelona antes de octubre, según fuentes conocedoras del proyecto. El Gobierno estudia esta opción, que aceleraría así el trasvase del Ebro a Barcelona, evitaría las restricciones en otoño y salvaría los problemas del trasvase del Segre y los roces entre las administraciones.

La obra se puede hacer en meses sin expropiar y evita las restricciones
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Ni el Gobierno ni José Luis Rodríguez Zapatero aclararon ayer sus intenciones para abastecer a Barcelona aunque insistieron en que no habrá restricciones. La Agencia Catalana del Agua negó relación con el proyecto e insistió en que no llegaría a tiempo.

Esta obra evita el problema que suponía unir los sistemas de abastecimiento de Tarragona y Barcelona por el tramo más corto (entre Cunit y Cubelles). Tener lista esta tubería, según el Ejecutivo catalán, necesitaría 21 meses y no evitarían los cortes de agua, ya que Barcelona sólo tiene garantizado el abastecimiento hasta octubre. Además, la tubería del llamado minitrasvase llega a Cunit con poco diámetro y caudal. Prolongarla hasta Cubelles es relativamente fácil pero incluso abastecer a los 250.000 habitantes de las poblaciones más al norte (Vilanova y Sitges) resultaría complicado.

La tubería por la AP-7 acorta el plazo. Aunque el trazado es más largo (unos 70 kilómetros, entre Tarragona y la planta de Abrera) la obra no requiere ni una expropiación, aunque sí necesita el permiso de Fomento, de quien depende la autopista y de quien no fue posible obtener la versión. Un portavoz de ACESA (la concesionaria) afirmó ayer no haber mantenido conversaciones formales al respecto.

La Agencia Catalana del Agua negó que la obra se pueda hacer en plazo e insistió en que tardaría 21 meses: "Si los 14 kilómetros del Segre piden cinco meses de trabajo, ¿cómo se van a hacer 70 kilómetros en menos de la mitad de tiempo?". Fuentes del Colegio de Ingenieros de Caminos, sin embargo, ironizaron: "Si los 50 kilómetros de túneles de la M-30 se hicieron en cuatro años en el centro de Madrid, ¿cómo se va a tardar dos años en tirar una tubería de un metro de diámetro en una autopista?".

El agua del minitrasvase no se toma directamente del río sino de las concesiones de los regantes. Éstos venden al Consorcio de Aguas de Tarragona 120 hectómetros al año y los cobran todos, pero el consumo apenas alcanza los 80 hectómetros. Enviar a Barcelona los 40 restantes no supondría sacar más agua del río.

Ayer se reunieron los representantes de los regantes con la Agencia Catalana del Agua. Los regantes salieron de la reunión divididos. Los de la margen izquierda del río no desean que se lleve el agua a Barcelona. Los de la derecha aceptan pero pretenden cobrarla por segunda vez, lo que la Agencia del Agua considera poco razonable.

La tubería está pensada y es de un metro de diámetro de acero helicosoldado, un tipo de tubo que se empalma fácilmente. Con la opción de la autopista, la obra elude los trámites de expropiación, el principal freno. La pega es que hay obras en la autopista para ampliarla por la mediana, lo que puede generar problemas, según un ingeniero. La tubería permite llevar unos 1.000 litros por segundo, lo que supone unos tres hectómetros mensuales y un 21% de lo que consume el área metropolitana de Barcelona. A eso hay que sumar el 18,6% que pueden aportar los barcos desde Tarragona, Marsella y Almería.

Hay más fuentes como el agua en tren, nuevos pozos o la compra de agua a regantes de Cataluña. Además, una empresa trabaja en el proyecto de abastecer la zona de Vilanova, Sitges, Sant Pere de Ribes y Cubelles desde Cunit. Con ello se liberaría el agua que estas poblaciones consumen del sistema Ter-Llobregat, el más castigado por la sequía.

El Gobierno catalán trató ayer el asunto de la tubería desde Tarragona en su reunión ordinaria. Varios consejeros dieron su aprobación, pese a que puede suponer un enfrentamiento con las comarcas del sur de Cataluña. Al menos dos consejeros expresaron dudas sobre la viabilidad de la obra en un plazo breve. En la reunión no estuvo José Montilla, en viaje oficial a Marruecos.

El Plan Hidrológico Nacional de 2001, del PP, ya preveía el trasvase del Ebro para abastecer a Barcelona, pero de forma definitiva. En este caso tendría carácter provisional, sólo hasta abril o mayo, cuando funcione la desaladora del Llobregat, que producirá 60 hectómetros. El Gobierno ha rechazado el plan de la Generalitat de captar agua del Segre (un afluente del Ebro).

Imagen aérea de la AP-7 a su paso por Tarragona.
Imagen aérea de la AP-7 a su paso por Tarragona.JOSEP LLUÍS SELLART

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