Sarkozy afianza el atlantismo
Francia busca aliados entre los británicos ante la política antinuclear alemana
Con la llegada al poder de Nicolas Sarkozy, Francia parece querer cambiar de aliados. El tradicional eje París-Berlín ha perdido peso a favor del París-Londres. La maniobra no es nueva -Jacques Chirac ya la intentó, seducido por Tony Blair-, pero ahora es más creíble debido al atlantismo confeso del nuevo presidente. El aumento del contingente francés en Afganistán en 1.000 soldados, anunciado por Sarkozy, es un gesto significativo hacia los británicos, la OTAN y sobre todo Estados Unidos. Al mismo tiempo, Sarkozy quiere aumentar la presencia gala en el sector nuclear civil, donde le son muy útiles los socios británicos, a la vez que modifica su estrategia nuclear militar.
Berlín pierde peso frente a Londres en la relación estratégica con Francia
"Nuestra tecnología nuclear es la más segura del mundo", asegura Sarkozy
En la actualidad Francia cuenta en su territorio con 58 reactores nucleares en funcionamiento que suministran el 78,5% de la energía eléctrica que produce el país. El aumento del precio del petróleo confiere a las criticadas centrales nucleares -residuos radioactivos, problemas de seguridad, etcétera- un nuevo atractivo. Y la experiencia gala hace que Sarkozy impulse acuerdos de cooperación nuclear entre las empresas Areva y Framatome -construcción de centrales la primera; producción, enriquecimiento y tratamiento de combustible la segunda- y países como China, Libia, Suráfrica, India, Argelia, Marruecos o los Emiratos Árabes Unidos.
En China los franceses han vendido dos centrales nucleares EPR, las llamadas de tercera generación, por 8.000 millones de dólares (5.500 millones de euros); en Suráfrica la propuesta comercial concierne a doce EPR y la formación de decenas de ingenieros; en el caso de India, el mercado en disputa es de 20 a 25 reactores y entre 50.000 y 70.000 millones de dólares (entre 35.000 y 50.000 millones de euros).
"La tecnología nuclear francesa es la más segura del mundo", les dijo Sarkozy a los dirigentes de India al tiempo que les prometía que "Francia defenderá ante la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) que India tenga derecho a una excepción y pueda embarcarse en nuclear civil". India no puede recibir ayuda ni inversiones extranjeras en materia de energía atómica debido a que el país no ha firmado el tratado de no proliferación nuclear.
En el caso de Libia la venta acordada de un reactor EPR no se materializará antes de 10 años, no sólo porque el país carece de personal para cuidarse de la gestión de la central sino porque tampoco parece necesitar aún de una instalación de 1600 megavatios. No es en cambio el caso de Abu Dhabi, que desea dos EPR para producir electricidad y para poder desalar agua.
El primero de los EPR debiera entrar en funcionamiento en Finlandia, construido por franceses y alemanes. Pero los socios germanos -Siemens- vienen lastrados por la política antinuclear impuesta por el canciller Schröder y ratificada por Angela Merkel. Eso, y la necesidad británica de renovar sus viejas centrales, hace que Sarkozy busque ahora acuerdos con Gordon Brown, tal y como revela el diario The Guardian. Para los franceses, que construyen también un EPR en su territorio, eso puede significar el pasar de centrales de la tercera a las de la cuarta generación, que entrarían en funcionamiento entre 2020 y 2025, centrales menos voraces en combustible y refrigeradas con la ayuda de sodio líquido.
En materia de nuclear militar, Sarkozy ratificó el viernes pasado -en el acto de presentación del cuarto submarino atómico francés- su voluntad de impulsar "la prohibición total de pruebas nucleares". Desde 1996, Francia domina la tecnología que permite simular las pruebas o explosiones atómicas. También anunció la decisión de reducir a "menos de 300" el número de misiles armados con cabezas nucleares. Además, sugirió "negociar un tratado internacional para la prohibición de los misiles de corto y medio alcance".
En 2006, el presidente Chirac especificó los "intereses vitales" que -en caso de correr peligro- podían justificar una respuesta nuclear gala. Entre ellos estaban "la garantía del aprovisionamiento energético y la defensa de los países aliados". Ahora, Sarkozy prefiere no enumerar causas o intereses vitales, pero sí deja bien claro que las represalias nucleares sólo pueden apuntar a un Estado y nunca a una organización terrorista autónoma.
Además, Sarkozy propuso un "diálogo abierto" a los socios europeos en temas nucleares militares, una oferta que, de momento, sólo puede interesar a Reino Unido, el país europeo que más gasta en defensa, seguido de Francia, que dedica a su Ejército el 1,8% del producto interior bruto.
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