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La Junta protege 55 zonas arqueológicas subacuáticas

La administración busca métodos de vigilancia frente a los expolios

No se ven a simple vista como los monumentos, las ciudades romanas o los edificios de gran valor artístico. Pero 55 yacimientos subacuáticos andaluces también serán Bien de Interés Cultural (BIC). La Junta de Andalucía acaba de incoar el expediente que declara estas zonas arqueológicas. Es la primera vez en España que una administración protege restos del pasado que se encuentran bajo el agua. El objetivo final es defenderlos de las grandes obras de infraestructuras y blindarlos contra los expolios.

El expediente, resuelto por la Dirección de Bienes Culturales dependiente de la Consejería de Cultura, ha sido posible gracias a la década de trabajo del Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía (CAS), que, a través de su investigación, ha podido señalar estas áreas. "Hemos hecho prospecciones de materiales en superficie y hemos analizado si aparecían rodados o contextualizados. Cuando hemos llegado a la conclusión de que esos materiales proceden de un yacimiento, lo hemos considerado zona arqueológica", explica la directora del CAS, Carmen García Rivera. Está especialmente satisfecha. "Hemos equiparado el patrimonio subacuático al terrestre y hemos sido pioneros en hacerlo". Hasta ahora la protección de estos yacimientos se regía por leyes de impacto ambiental o de puertos pero esta declaración ya permite suspender obras que puedan afectar a estos yacimientos o anular licencias, hasta obtener un informe de Cultura.

Según la máxima responsable del CAS, la declaración de zonas arqueológicas busca "defender estos restos de las obras legítimas y luchar contra acciones ilegítimas", aunque reconoce que la declaración de BIC no conlleva una protección concreta contra el expolio. Con todo, la mesa técnica de seguimiento del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Arqueológico Subacuático, reunida la pasada semana en Cádiz, abordó entre varios asuntos la necesidad de encontrar sistemas de vigilancia permanente en los lugares más susceptibles de ser atacados.

La provincia con más zonas arqueológicas señaladas es Cádiz, con 31. La sede del CAS se encuentra en la capital gaditana. "Aquí hemos trabajado más pero también, por su historia, es un lugar donde hay una enorme riqueza arqueológica bajo el agua". Entre los yacimientos gaditanos protegidos, destacan los restos de barcos de la batalla de Trafalgar, frente a la playa de la Caleta, en Cádiz, o Camposoto, en San Fernando. También se blinda el canal de entrada al puerto gaditano o el barco de la Cabezuela, en Puerto Real, lugares donde se preparan grandes obras como la ampliación del muelle o la construcción del segundo puente sobre la bahía gaditana.

En Huelva se han señalado nueve zonas arqueológicas. La ría de la capital, el bajo del Picacho o el entorno de las torres almenaras destacan entre los yacimientos protegidos. En Málaga se han delimitado seis, entre las que llama la atención el llamado pecio de los mármoles, en la desembocadura del río Padrón. En Almería se han señalado cuatro zonas arqueológicas, entre ellas, Punta Entinas, donde dos yacimientos han aportado ánforas púnicas y romanas. En Granada se han protegido dos, Cerro Gordo y la Cueva del Jarro. La lista se completa con el embalse del Judío, en Écija (Sevilla), la torre de Bujarcaiz, en Jaén, y el asentamiento de Las Mestas, entre Aguilar y Puente Genil (Córdoba).

La Dirección de Bienes Culturales tiene previsto iniciar expedientes también para declarar otras tantas zonas de servidumbre arqueológica, lugares donde no se han hallado restos pero existe la presunción fundada de su existencia. Esta figura, que recoge la ley de Patrimonio de 1991, incluye medidas de protección algo más leves y nunca se había usado ni en tierra ni bajo el agua.

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