El 'síndrome de la clase turista' ya alarma a la OMS
Un 3% de los pasajeros de larga distancia lo padecen
La inmovilidad forzada en los medios de transporte tiene un importante impacto en la salud pública. Así lo ha reconocido por primera vez la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe en el que alerta sobre los peligros del llamado síndrome de la clase turista. Este nombre, que los expertos rechazan, se debe en realidad a la aparición de trombos en las venas de las piernas causados por las condiciones (hacinamiento, deshidratación, cambios de presión) de los vuelos en avión y, por extensión, de otros vehículos destinados a llevar viajeros.
Las personas más altas de 1,90 o más bajas de 1,60 tienen más riesgo
Aunque no hay cifras sobre el alcance real de este problema, un estudio realizado en Alemania detectó que un 3% de las personas que habían hecho viajes en avión de más de cuatro horas presentaba trombos en las piernas.
El doctor Miguel Ángel Santos Gastón, presidente de la Fundación para el Estudio y Prevención de Enfermedades de las Venas (FespreV), cree que un nombre más apropiado sería el de síndrome del transporte, ya que lo que importa es la inmovilidad y los factores de riesgo de la persona, más que el hecho de ir en avión. "También he visto casos de personas que lo sufren tras un largo viaje en autobús o que hacen en un coche de un tirón el trayecto de Vitoria a Málaga [895 kilómetros]", dice Santos Gastón. Las seis horas en coche serían el límite de riesgo, según la OMS.
El médico eleva la tasa de incidencia al 5%, aunque admite que es muy difícil de predecir, ya que muchas veces los síntomas no aparecen en el avión nada más bajarse, sino que pueden tardar días en manifestarse.
Además, esta cifra no quiere decir que todos vayan a sufrir algún inconveniente grave. Algunas veces el trombo -un pequeño coágulo- se disuelve solo o se queda en algún lugar donde no hace ningún daño. Otras, el trombo ocluye totalmente la vena. Entonces la pierna se hincha, duele y el problema es fácil de detectar, explica el médico.
Los casos más peligrosos son aquellos en los que el trombo va de las piernas hasta el corazón o los pulmones. Entonces puede bloquear una vena importante, y producir una embolia.
No todos los viajeros tienen los mismos riesgos. "Un índice de masa corporal superior a 30 y altura superior a 1,90 metros o inferior a 1,60 se consideran factores de riesgo", según Francesc Casals, hematólogo del hospital Clinic de Barcelona. Santos añade el tabaquismo, las varices, una operación reciente e incluso factores genéticos. La solución: ejercitar las piernas, hidratarse e incluso tomar algún anticoagulante, como la aspirina.
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