El rompeolas de Bermeo vuelve a quedar destruido

El temporal terminó ayer por dar la puntilla al rompeolas de Bermeo, que el pasado 10 de diciembre sufrió importantes desperfectos por otro vendaval. La barrera de protección del puerto quedó destrozada y supuso que el agua pasara encima del dique y el contradique, causando daños en locales y vehículos aparcados. Además de Bermeo, los puertos de Ondarroa, Zumaia, Getaria y Orio sufrieron también desperfectos.

En Bermeo se estaban acometiendo las obras de reparación de los daños del oleaje que en diciembre arrancó 70 metros de la sección superior del rompeolas: el coste superaba los 12 millones de euros y los trabajos se iban a prolongar durante este año. La fuerza del mar hizo ayer que todo el rompeolas quedara destrozado.

Ahora se deberá analizar si hay riesgos para el tráfico portuario con los grandes bloques desprendidos del dique. La bocana del puerto de Bermeo cuenta con un calado de 12 metros en bajamar. En las instalaciones portuarias se rompieron numerosos amarres y se hundieron algunas embarcaciones.

Daños en Ondarroa y Ea

Ondarroa fue otra de las localidades damnificadas, con daños en los edificios colindantes al rompeolas y con el destrozo de un transformador. En Ea, la parte baja del municipio quedó anegada de arena y un restaurante situado junto a la playa tuvo importantes desperfectos al entrar el agua en su interior.

En Getaria, el agua destrozó el garbigune y entró en los locales de la Euskadiko Kirol Portua. En Orio, hubo daños en parte de pretil del dique exterior y se rompió parte de la escollera del contradique, mientras que en Zumaia los desperfectos afectaron al pavimento del dique exterior y posiblemente al espaldón. Los responsables del Gobierno vasco aún no habían podido acceder al dique para confirmar estos daños.

El fuerte oleaje terminó por dar la puntilla al buque Maro, encallado frente a Hondarribia desde el pasado jueves. El lunes los golpes de mar rompieron en tres partes el barco. La parte del medio se ha hundido. Salvamento Marítimo inspeccionó la zona para comprobar si había algún foco de contaminación, pero parece que de momento no ha encontrado nada.