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Reportaje:

Salvada la cuna del hip-hop

El edificio que alumbró el nuevo ritmo no será destruido

El fenómeno de la gentrification (mejoras en un barrio a costa de los residentes más pobres) se repite incesamente en Nueva York e incluso ha llegado a zonas antaño despreciadas como el Bronx. Curiosamente, esta semana se produjo un fenómeno insólito: el mítico edificio donde se considera que nació el hip-hop se ha salvado de las garras de los tiburones inmobiliarios y, de momento, seguirá manteniendo su apariencia, su vecindario humilde y la sala en la que DJ Kool Herc dio a luz un nuevo ritmo que revolucionó la música hace ahora 35 años.

Fue en el verano de 1973. Clive Campbell, alias DJ Kool Herc, celebraba el cumpleaños de su hermana en el 1520 de Sedwick Avenue, en el West Bronx. En la sala comunitaria de este complejo residencial de protección oficial, un grupo de jóvenes de raza negra se reunía y bailaba al ritmo que desprendían los platos manejados por este chaval de origen jamaicano que empezaba a experimentar con las bases rítmicas del funky y del soul. Quizás no fue exactamente en aquella sesión, pero fue a lo largo de aquel verano y en aquella pequeña salita cuando el hip hop tomó forma. De allí saltaría a las calles, a Nueva York y al resto del planeta. Luego llegaría Grandmaster Flash a refinar el trabajo realizado por DJ Kool Herc y muchos otros. Los fanáticos del hip-hop lograron que, el pasado verano, el Ayuntamiento reconociera la posibilidad de declarar el edificio como "histórico", aunque ese proceso puede durar años.

Pero quizás la aceptación de esa candidatura tuvo relación con la decisión del Ayuntamiento de Nueva York de prohibir esta semana la venta del edificio alegando que los nueve millones que una inmobiliaria estaba dispuesta a pagarle al actual dueño era un precio demasiado alto. Según el Departamento de Vivienda de Nueva York la venta no es viable porque el edificio se rige por las leyes Mitchell-Lama, que obligan a los propietarios a mantener alquileres bajos para familias poco pudientes.

Esa ley no ha impedido que otros edificios se vendieran a precios desorbitados y acabaran escapando a las imposiciones de la Mitchell-Lama y expulsando a sus inquilinos pero quizás la presión vecinal, o la movilización de los amantes del hip-hop, ha hecho mella en la conciencia de un Ayuntamiento tan entregado al boom del ladrillo. "No se trata sólo de este edificio. Se trata de la necesidad de poder tener un techo. Todas las familias tienen derecho a un pedazo del sueño americano", ha manifestado DJ Kool Herc.

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