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Los sindicatos boicotearán a las firmas que intenten bajar el precio de la leche

Los ganaderos piden convocar la Mesa do Leite para poner freno a los recortes

Los proveedores de fertilizantes y cereales que abastecen a las granjas encarecen sus productos un 30% al mismo tiempo que las industrias intentan reducir en 14 puntos porcentuales el precio del litro de leche. Y en medio, los ganaderos gallegos que, cansados de perder poder adquisitivo, han decidido plantarse.

El litro se depreció desde 1989 a pesar del encarecimiento de los combustibles

En una rueda de prensa conjunta los tres sindicatos del campo, Unións Agrarias, Xóvenes Agricultores y el Sindicato Labrego Galego anunciaron ayer protestas ante tres empresas del sector que, de manera unilateral, han comunicado a los productores su intención de rebajar el precio del litro de leche recogida durante febrero en seis céntimos. Hasta ahora, las empresas pagaban entre 43 y 45 céntimos por litro, 15 más que hace un año. Los sindicatos recuerdan que desde entonces los costes de producción por litro se incrementaron en ocho céntimos.

Las tres centrales temen además que la medida anunciada por las empresas que recogen el 30% de este producto en Galicia cunda en el sector y otras industrias propongan rebajas similares. El secretario general de Unións Agrarias, Roberto García, tachó de ilegal la bajada de precios, por su "carácter retroactivo" que los productores sufrirían, en caso de prosperar la rebaja, cuando cobren las facturas del mes pasado. García acusó a las empresas de pactar precios, una práctica prohibida, y pidió la convocatoria inmediata de la Mesa do Leite, el organismo que aglutina a productores, industria y administración, y que es el "adecuado" para solucionar este tipo de conflictos.

El portavoz de Xóvenes Agricultores, Francisco Bello, abundó en el argumento. "Es inadmisible, pedimos un punto de encuentro, de lo contrario llevaremos a cabo medidas contundentes y en ascenso", amenazó. Los sindicatos no quisieron publicitar los nombres de las empresas para no restar efectividad a sus acciones reivindicativas, que tampoco fueron concretadas. Según sus portavoces, las medidas una vez que el desánimo haya vuelto a cundir en el sector, que vivía un "buen momento" con la subida del año pasado después de 10 años de congelación de los precios en origen.

Roberto García recordó que en 1986 el litro de leche costaba 56 pesetas y que sólo con la actualización del IPC, sin tener en cuenta el encarecimiento de las materias primas, el litro debería costar ahora 60 céntimos. Pese a ello, el representante de Unións Agrarias abrió la puerta a una negociación con las firmas lácteas que permita pactar un importe fijo para toda la campaña e introducir reajustes puntuales a lo largo de un año.

En la actualidad, el cartón de leche más barato lo venden las marcas blancas de las grandes superficies comerciales a 65 céntimos el litro. Dependiendo de las firmas, el importe puede variar hasta 120 céntimos en tienda. Por eso, el portavoz de Unións Agrarias recomendó a los consumidores que miren hacia las industrias si quieren encontrar respuestas a la subida de la cesta agraria que ha dado lugar a "los precios más altos de la historia". García descartó que las industrias vayan a repercutir la bajada a los mercados. Como ejemplo, citó otros productos agrícolas como la cebolla o la patata, cuyo precio bajó en origen y que siguen encareciéndose en las tiendas por el comportamiento de los intermediarios y las grandes distribuidoras. "Se trata de una maniobra de especulación que sólo pretende mejorar los márgenes comerciales de las empresas", concluyó.

El portavoz del Sindicato Labrego Galego, Xabier Gómez Santiso, trazó un panorama incierto para el sector en el medio plazo. "¿Quién va a querer trabajar en esta profesión en estas circunstancias?", se lamentó. Gómez Santiso recordó que las ganaderos españoles deben producir 100.000 toneladas más para cubrir la cuota láctea. "Si la gente abandona, la industria española no va a poder abastecer a los consumidores", El Sindicato Labrego Galego destacó además que la producción de España es deficitaria e insuficiente para abastecer los mercados del país.

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