La imposible cordialidad en las relaciones de vecindad

Entre los responsables de las haciendas vascas existe un cierto resquemor hacia el Gobierno de La Rioja, en el que ven el origen de todos los problemas que han llevado a que el Concierto sea cuestionado en Europa. El Ejecutivo de la comunidad vecina, tradicionalmente en manos del PP, recurrió primero las ayudas a las empresas Daewoo y Ramondín y luego todos los incentivos fiscales a la inversión de los años noventa. Tras cada proceso judicial, tras cada expediente, siempre han estado las autoridades riojanas, apoyadas en ocasiones por agentes sociales de esta comunidad, y las haciendas vascas no lo perdonan.

Conrado Escobar, consejero riojano de Administraciones Públicas, asistirá hoy a la vista. Declara a EL PAÍS que no tiene nada en contra del Concierto y que su Gobierno defiende sencillamente los interese de los empresarios y trabajadores riojanos. Para La Rioja, sólo está en discusión el Impuesto de Sociedades y su uso "abusivo", que deja a su comunidad en desventaja con respecto a Euskadi. A estos argumentos se suma Castilla y León. Escobar recalca que La Rioja acepta el Concierto, que se deriva de la Constitución.

Las autoridades riojanas rechazan que su actuación tenga nada que ver con disputas electorales y confían en que el Tribunal de Luxemburgo zanje definitivamente la disputa. La Rioja es consciente de la importancia de Euskadi en su economía, tanto en inversión como en turismo.

Estas buenas palabras no convencen a las instituciones vascas, ahora en manos del PNV y EA, ni al resto de los partidos. Incluso el PP vasco ha lamentado la actuación de La Rioja, que ha tenido que aceptar dentro de los equilibrios del partido. Los populares apuntan que más ayuda de Estado es la concesión a una empresa de terrenos gratis que la rebaja del tipo impositivo.