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Apuntes

El retraso del Gobierno obliga a aplazar las nuevas ingenierías

La Politécnica presenta su adaptación al espacio europeo de educación

Ignacio Zafra

La Universidad Politécnica de Valencia presentó ayer su plan de transformación para adaptarse al nuevo modelo universitario adaptado al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Un cambio que será efectivo en el curso 2009-2010 salvo en lo que concierne a muchas de las ingenierías, que probablemente no podrán ser renovadas hasta un año más tarde. La razón, explicó el vicerrector de Estudios y Convergencia Europea, Vicent Esteban Chapapría, es el escaso margen de maniobra con el que cuentan las escuelas para diseñarlos, ya que el Gobierno todavía no ha aclarado cómo articulará la obtención de competencias profesionales entre las ingenierías superiores (por ejemplo Caminos) y sus carreras técnicas (Obras Públicas).

Las primeras nuevas carreras, los llamados títulos de grado, que sustituirán a los actuales, con sus diferencias entre diplomaturas, licenciaturas, ingenierías superiores e ingenierías técnicas, empezarán a funcionar el curso que viene. En el caso valenciano, empezaran a ofertarlas solo, y en todo caso, las universidades privadas. Las públicas consideraron demasiado corto el plazo que existía entre la fecha en que el Gobierno anunció cómo debían estructurarse y el límite para presentar sus propuestas, que expira hoy.

Las cinco universidades públicas pactaron presentar sus solicitudes para el curso siguiente (2009-2010), pero será difícil, dio a entender Chapapría, que las ingenierías lleguen a tiempo. Según sus cálculos, las propuestas de los nuevos títulos de grado de las ingenierías deberían enviarse al Consejo de Universidades en julio de este año, puesto que todo el trámite hasta que puedan entrar en vigor (con la última autorización que corresponde a la Generalitat) llevará aproximadamente seis meses.

El Gobierno ha ido publicando las competencias profesionales que proporcionarán algunas de las carreras que las tienen (Veterinaria, Arquitectura...). Aunque parecía poder solucionarse utilizando los másteres oficiales, ese reparto se ha complicado en el ámbito de las ingenierías debido a los intereses contradictorios de los colegios profesionales y de las escuelas.

Examen al rendimiento de profesores y alumnos

La gran reforma de la Universidad Politécnica de Valencia ("unos cambios drásticos de titulaciones como nunca han registrado las universidades españolas en los últimos 100 años"), dijo ayer su rector, Juan Juliá, irá acompañada de un cambio en los métodos docentes de acuerdo con la filosofía del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). El vicerrector Vicent Esteban Chapapría anunció que estos cambios incluirán auditorías al rendimiento de los estudiantes y a la calidad de la docencia. Una de las vías para conseguir la mejora será el reparto de los fondos en centros y departamentos.

Se irá exigiendo gradualmente, por ejemplo, que todos los rendimientos académicos alcancen la media de la universidad. Hoy, los estudiantes aprueban de promedio el 60% de los créditos de los que se matriculan. Y hay centros que se mueven en porcentajes inferiores de hasta el 45%. La media, afirmó Chapapría, no es mala comparada con otras universidades de su perfil, como las politécnicas de Madrid y de Barcelona. Los resultados en los campus de otras áreas de conocimiento (como Humanidades y Ciencias Sociales) suelen ser, sin embargo, mejores.

Tampoco resulta satisfactorio el promedio de años en que se terminan un buen número de carreras. Debido en gran medida, señaló Chapapría, al alto índice de inserción laboral que tienen no ya los titulados sino los alumnos, que descuidan los estudios (y especialmente el proyecto fin de carrera) cuando empiezan a trabajar. El control del profesorado se reforzará, entre otras medidas, reformando las encuestas de los alumnos, que pasarán a tener consecuencias para los encuestados.

Recursos adicionales

El plan para reformar la Politécnica fue trazado, explicó el vicerrector sobre los principios de

"equidad entre todos los estudiantes; el reconocimiento de la necesidad de mayor dedicación del profesorado y, por tanto, de recursos; la transparencia del proceso; la acreditación de los licenciados de una lengua extranjera, y la decisión de no destinar recursos a rendimientos académicos bajos".

La transformación requerirá "recursos adicionales", añadió. Una reflexión parecida a las que han hecho recientemente otros rectores, como Francisco Tomás, de la Universitat de València, cuando afirmó que el EEES "no puede salir gratis". Pero ni la Generalitat ni el Gobierno tienen previsto de momento aportarlos.

"Barberá debe haberse olvidado de que fue profesor"

El rector de la Politécnica respondió ayer a las declaraciones del secretario autonómico de Universidades, Emilio Barberá, quien afirmó que, por el sueldo que ganan, los universitarios podrían trabajar más. "Desde el cariño y el respeto: debe haberse olvidado de su etapa de profesor", dijo Juliá. El rector se mostró contrariado (al igual que vienen expresando sus colegas) por las declaraciones que "desde distintos ámbitos" contribuyen a desprestigiar a las universidades.

Juliá habló de lo difícil que resulta hoy día llegar a ser catedrático de universidad u obtener los complementos salariales que se consiguen por logros investigadores. Y señaló que Valencia es la única ciudad de España, aparte de Madrid, que tiene a dos centros en el ranking de Shanghai (la Universitat y la Politécnica), considerado una de las clasificaciones de universidades más prestigiosas del mundo. "¿Cuántas empresas españolas hay entre las 500 mejores del mundo?", preguntó. Y añadió: "España es la octava potencia mundial en PIB pero no somos la octava potencia en gasto universitario", para volver a recordar que en ese último parámetro está por debajo de la media de la OCDE.

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Las nuevas carreras pasarán 'reválidas' cada seis años

Uno de los objetivos de la reforma universitaria española consiste en adecuar las carreras a las necesidades de la sociedad. Las propuestas de títulos tendrán que ir acompañadas de un voluminoso dossier que pronostique, por poner un caso, la empleabilidad con la que los alumnos saldrán de las facultades. Además de todo el filtro previo a su aprobación, las titulaciones deberán pasar cada seis años, dijo ayer el vicerrector Vicent Esteban Chapapría, un examen que pondrá a prueba su validez. Y la propuesta deberá contener los motivos por los cuales podrá ser suprimida, algo así como un manual de autodestrucción.

La idea, aunque esto afectará probablemente menos al grueso de las ingenierías que tienen atribuidas competencias profesionales, es que si las carreras no funcionan (porque carece de matrícula o porque sus titulados registran tasas importantes de paro) puedan ser eliminada y las universidades creen otros con un margen razonable de libertad. Con el tiempo, admitieron los miembros del equipo de Gobierno de la Politécnica, habrá que acostumbrarse a que mucha gente tenga colgados en casa títulos que ya no oferta ninguna universidad.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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