Un repaso a la historia reciente
Los fabulistas saben que el verdadero zoo está a este lado de la verja. "He visto hombres bestiales, y otros que son tratados como bestias", dice Harriet, protagonista de La tortuga de Darwin. Este animal bicentenario le pega un repaso a la historia contemporánea, para concluir que la humanidad no tiene solución: visto lo visto en Bosnia, en Ruanda, en Irak, lo mejor que puede hacer es regresar a las Galápagos y llevar una vida primitiva. "La cúspide de la evolución", piensa, "es el hombre bomba".
En esta obra de Juan Mayorga hay mixtura de géneros y largas parrafadas profesorales que caen a plomo sobre los hombros de Carmen Machi. Menos mal que la actriz borda al bicho: lo hace entrar en el animalario de honor donde figuran el caballo Patizanco de José María Rodero y el chimpancé de José Luis Gómez, aunque, por su naturaleza lenta y pesada, la tortuga dé menos juego escénico que éstos. Una intérprete no tan buena hubiera naufragado bajo su concha.
LA TORTUGA DE DARWIN
De Neil LaBute. Dirección: Julio Manrique.
Intérpretes: Mireia Aixalà, Cristina Genebat, Xavi Ricart, Marc Rodríguez.
Teatre Lliure, Espai Lliure. Barcelona,
7 de febrero.
Por suerte, Mayorga acaba dejando a un lado tiza y encerado, se arremanga, pone a sus criaturas en acción y crea un conflicto entre Harriet y tres humanos que intentan explotarla. Juan Carlos Talavera dibuja en dos trazos un doctor siniestro de tebeo. Susana Hernández está luminosa y divertida. Y a Vicente Díez le toca el poco lucido papel de amanuense de la protagonista.
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