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Reportaje:

La capital del reciclaje

La industria de As Somozas procesa 300.000 toneladas de residuos cada año

Pilas, neumáticos, baterías, aceites industriales, fuel, residuos orgánicos e incluso coches inservibles. Todos estos elementos tienen un denominador común, su poder contaminante, y un destino final: As Somozas. Con poco más de 1.370 habitantes, el pequeño municipio coruñés -71 kilómetros cuadrados- va camino de convertirse en la capital gallega del reciclaje.

En su modesto polígono industrial (325.953 metros cuadrados) se asientan cuatro grandes empresas dedicadas al tratamiento y reciclaje de residuos industriales peligrosos, materiales inertes o vertidos tóxicos. Productos a priori inservibles, gravosos para el medio natural, aunque potencialmente reutilizables y rentables con el tratamiento adecuado, que generan energía y 204 empleos directos.

"En este municipio tenemos paro cero" asegura tajante el alcalde
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As Somozas, capital del reciclaje

El 90% de cada vehículo insevible puede reciclarse. La Unión Europea califica de peligrosos los automóviles en desuso e impone su reciclaje. En As Somozas funciona desde hace meses la planta de VFUs Armonía -propiedad del empresario Amador de Castro-, la primera factoría gallega que desmonta y exprime los vehículos hasta reducirlos a la mínima expresión. Por sus instalaciones pasan cada año 20.000 automóviles recogidos en talleres o concesionarios y apilados en estanterías diseñadas para las cuatro ruedas.

Del mismo modo que las cadenas de montaje ensamblan piezas hasta dar forma al vehículo, un equipo de 20 personas destripa el coche pieza a pieza y extrae todos los residuos, desde el líquido de frenos al motor, pasando por asientos, cristales y espejos retrovisores. Las piezas se exportan y se comercializan en el mercado de segunda mano. El gerente de la compañía, Luis Espiñeira, señala que la factoría supera la idea tradicional de desguace y es pionera en toda España al reciclar el 95% del material total de los vehículos, un porcentaje que la UE exigirá en 2015.

"En As Somozas tenemos paro cero", asegura tajante el regidor popular Manuel Candocia, con dos décadas de experiencia al frente del consistorio. "Si acaso hay una docena de personas en el paro; son parientes que se empadronan en este municipio para buscar un trabajo. Hay 1.300 vecinos y hemos creado mil empleos con un polígono propiedad del Ayuntamiento".

En ese suelo industrial se localizan otras grandes empresas especializadas en el reciclaje y tratamiento de residuos. Al lado, pero fuera del polígono y con una superficie de 345.000 cuadrados, Sogarisa es el mayor centro de tratamiento de residuos industriales peligrosos de Galicia. Procesa cada año 145.000 toneladas de sustancias desechadas por medio millar de empresas y clientes. Las instalaciones de la compañía (participada al 10% por la Xunta) están tratando las 60.000 toneladas de fuel que dejó el Prestige en la costa y que esperaron una solución durante un lustro en dos gigantescas balsas impermeabilizadas. De la marea negra se obtienen arenas limpias, fuel y plásticos que se utilizan como combustible tras el reciclado.

Sogarisa invertirá más de 15 millones de euros en 2008 para ampliar sus instalaciones y extender su superficie hasta 595.000 metros. Plantean predicar con el ejemplo y reutilizar las arenas incrustadas en el chapapote como material de construcción para levantar una molienda, una planta para el reciclaje de neumáticos o un centro de recuperación de metales que multiplique sus capacidades.

A pocos metros de Sogarisa, la planta de Enviroil recoge, recicla y revaloriza los aceites industriales que engrasan la maquinaria de muchas fábricas y los residuos sólidos y oleosos de más de 14.000 barcos de la flota gallega. El presidente de la compañía, Amador de Castro -que encabeza el consorcio Fomento de Iniciativas, accionista a su vez de Sogarisa y propietario de VFU Armonía- destaca el "interés social" de la empresa. "Galicia tiene más puertos y más barcos que cualquier otra zona, carecíamos de este sistema y eso llevaba al sentinazo" explica. "Ahora disponemos de depósitos en los puertos, recogemos y tratamos todos esos residuos, incluidas las embarcaciones deportivas".

Suelo alternativo

Por la planta de la empresa Xiloga en el polígono de As Somozas, propiedad del grupo vigués Toysal, pasan anualmente cerca de 100.000 toneladas de todo tipo de materiales industriales desechados aunque no peligrosos, como lodos y cenizas.

De estas sustancias "se recuperan entre el 40% y el 60% del total", señalan fuentes de la compañía. El producto sobrante es eliminado durante el proceso de tratamiento.

A base de residuos, y en colaboración con la Universidad de Santiago, Xiloga ha desarrollado un prototipo de suelo reciclado que incorpora importantes ventajas medioambientales en procesos como la regeneración de superficies forestales arrasadas por el fuego, el sellado de vertederos o la recuperación de yacimientos mineras ya explotados.

"Creamos un suelo reciclado con un alto porcentaje de materia orgánica que se comercializa para reforestar y recuperar terrenos erosionados", apuntan desde la empresa. "No lo vemos como un residuo, sino como una materia prima de la que extraer un nuevo producto".

Un producto que, paradójicamente, invierte el efecto de la industria sobre el medio ambiente y limita sus efectos nocivos regenerando el entorno.

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