Osakidetza se resiente, pero no se colapsa
El paro se notó más en la Atención Primaria que en los hospitales - Los sindicatos anuncian que el conflicto con Sanidad va para largo y pretenden recrudecerlo
El Servicio Vasco de Salud aguantó el envite de los sindicatos. La huelga general convocada en el sector de la sanidad pública por todas las centrales, salvo el Sindicato Médico de Euskadi, hizo que se resintiese la actividad de una forma importante, pero el sistema nunca llegó a colapsarse. Y es que prácticamente ningún médico secundó la movilización. Con ese lastre para los sindicatos, es casi imposible que una huelga paralice Osakidetza. A esto hay que sumar los servicios mínimos establecidos y que marcaban que los hospitales debían funcionar como si se tratara de un festivo y los centros de salud como un sábado, pero con el horario ampliado por la tarde. El empeño sindical chocó con esas dos exigencias, que en el caso de los hospitales, donde las plantas de las diferentes especialidades funcionaron con normalidad, rebajó el seguimiento hasta el 24% de los trabajadores, según los datos oficiales. En Atención Primaria, el baluarte de las movilizaciones sindicales, la huelga fue secundada por el 40% de los empleados. Unas cifras muy parecidas a las dos huelgas generales vividas en la sanidad pública en abril de 2005 y mayo de 2006. Es decir, hospitales a un buen rendimiento y ambulatorios bajo mínimos. Al final, el más perjudicado resultó el ciudadano, que vive las enconado conflicto en medio de las dos partes.
Sólo en el Hospital de Basurto se vivieron algunos incidentes
El 28% de los trabajadores secundó el paro, según Sanidad
El conflicto aún puede ser largo. Las centrales, que cifraron el seguimiento del paro en el 80%, advirtieron que recrudecerán sus movilizaciones. A expensas de ver cómo materializan ese aumento en la presión, para el próximo 6 de marzo está convocada otra huelga general, justo tres días antes de las elecciones generales. Después, será mucho más complicado obligar a la dirección de Osakidetza a sentarse a negociar una mejora en las condiciones laborales, que se traducen en más plantilla, más inversiones en infraestructuras y carrera profesional para todo el personal, fijo e interino, con mejora de los sueldos.
Los únicos incidentes se registraron en el Hospital de Basurto, en Bilbao, cuando algunos trabajadores increparon a varios pacientes que intentaban acceder al centro, denunció la directora de Osakidetza, Gloria Quesada. La Ertzaintza tuvo que intervenir para calmar los ánimos. En el Hospital de Cruces (el más importante de Euskadi) la tónica dominante fue la de menos personal, pero buen servicio, según la mayoría de pacientes consultados por este periódico. Según explicaron algunas de las enfermeras que cubrían los servicios mínimos, el paro no afectó al funcionamiento en planta: "Apenas se ha notado en detalles sin importancia, como retrasos en las horas de llevar el desayuno". Pacientes de la planta dos, en unidades como Medicina Interna y Respiratoria, confirmaron que había menos personal, pero se sintieron igual de atendidos que cualquier otro día.
En el área de consultas externas, en cambio, se cancelaron algunas citas, por lo que se registraron conflictos y malestar entre los pacientes. En Ginecología, muchas mujeres se encontraron con que los médicos no las atendieron por tener a las enfermeras en huelga.La situación fue diferente en el ambulatorio de la calle Doctor Areilza, donde no se dieron citas; sólo se atendieron urgencias y a personas con cita previa, dependiendo de si el médico de turno contaba con una enfermera o decidía trabajar sin ella. Otras unidades, como la de Neurología, cerraron sus puertas, lo que obligó a las enfermeras que trabajaban voluntariamente a calmar los ánimos de más de un paciente molesto. "La huelga se ha anunciado toda la semana en los medios de comunicación, tenéis que entenderlo", trataba de explicar una trabajadora a quienes aseguraban no estar avisados del contratiempo.
Esa misma situación se repitió una y otra vez durante la mañana de ayer en los ambulatorios de Álava, donde los médicos atendieron sus consultas con las enfermeras que no estaban de huelga y se suspendieron las pruebas que no eran urgentes. Es justo lo que le ocurrió a José Muñoz Fernández de Retana, de 64 años. Tenía cita para que le hicieran un electrocardiograma y a continuación pasaba consulta con el médico. "A las 10.15 tengo la prueba", le dijo a la enfermera. "Ya, pero es que hoy sólo atendemos las pruebas urgentes", le respondió ésta. "Pero es que después tengo hora con el médico para que evalúe el electro. ¿Qué hago?". "Pida cita para otro día", le aconsejó la enfermera. Pese a la contrariedad, José aseguraba que las reivindicaciones de la plantilla están "justificadas". "Falta personal y se nota en el ritmo de trabajo; tienen más cargas y falta tiempo para los pacientes".
En el Hospital de Txagorritxu, el centro de referencia de Álava, los pasillos de las consultas de especialistas se encontraban bajo mínimos. En cambio, en las plantas apenas se apreciaba el efecto de la huelga. Ander Ruiz, paciente en respiratorio, casi ni se dio cuenta de que había paro. "Me he enterado al leer el periódico hoy". "Todo lo que se haga por mejorar la sanidad bien hecho está. Sí que estoy de acuerdo con algunas reivindicaciones, pero a la hora de aumentar mucho los sueldos hay que tener cuidado. Pregunte a la gente en la calle cuánto cobra y después compare", dice.
En el vestíbulo del hospital, aguardaban varias enfermeras para concentrarse. "Es cierto que las movilizaciones representan un desgaste para la plantilla, pero los compañeros están animados. Con el paso del tiempo todo será más difícil. Que no mienta Osakidetza con lo de los sueldos de la plantilla", advertía una enfermera.
En el Hospital Donostia, la actividad no se correspondió con la de un martes cualquiera, pero superó a la de un día festivo. "Han sobredimensionado los servicios mínimos", se quejó José Antonio García, vicesecretario del Sindicato de Enfermería en Guipúzcoa. Pese a ello, y a que "la mayoría" de los médicos trabajaron, la huelga dejó huella. "El servicio de extracción de sangre parece a diario un mercado. En cambio, hoy [por ayer] sólo se ha atendido a los citados previamente", puso como ejemplo Tere Barberena, de ELA.
Desde el servicio de Traumatología, el doctor Urreaga apuntó que las intervenciones programadas se han suspendido. Los médicos pasaron visita a los pacientes, pero sin enfermeras. La actividad en las seis plantas del ambulatorio donostiarra de Gros, punto de referencia para otros centros de atención primaria, también se resintió.
Con información de Yolanda Montero y June Fernández.
Los datos del paro
- Seguimiento. De los 16.165 trabajadores que estaban de turno, 4.610 (28,52%) secundaron el paro. En los hospitales el porcentaje cayó al 24,77% y en Primaria se elevó al 40%.
- Actividad aplazada. Miles de pruebas diagnósticas y complementarias se tuvieron que aplazar debido a la aplicación de los servicios mínimos. Se pospusieron la mitad de las operaciones quirúrgicas previstas.
- Servicios mínimos. La jornada fue considerada como un sábado en los ambulatorios a efectos de personal, pero como un día normal en cuanto a horario. Así, tuvieron que abrir por la tarde. En los hospitales, la atención que se prestó fue similar a la de un festivo. Urgencias funcionó con el 100% del personal.
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