Nadie quiere asumir la demolición
El Tribunal Supremo, en diciembre pasado, ordenó que en 18 meses se arranquen las gradas de piedra caliza de la cávea del Teatro Romano y se derribe el muro del escenario hasta un metro y medio de altura. Informes aportados al proceso señalaban que era factible, pero no resulta fácil encontrar un arquitecto que acepte hacerlo. El presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, Carlos Hernández Pezzi, muy crítico con la sentencia, ha declarado que causaría "daños irreparables" y ha pedido una moratoria.
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