Las emisiones de CO2 crecen por encima de la media española

El diagnóstico sobre desarrollo social y sostenibilidad ambiental que publica cada cinco años CC OO revela que los indicadores energéticos y de emisiones a la atmósfera de la Comunidad Valenciana no solo se han disparado en los últimos 20 años sino que lo han hecho a un ritmo mayor que la media española. El estudio, dirigido por Ernest Garcia, del departamento de Sociología y Antropología de la Universitat de València, y coordinado, entre otros, por Emèrit Bono, Ricard Almenar y María Diago, destaca que, si bien la esperanza de vida de los niños ha aumentado entre 1985 y 2005 un 5%, y la riqueza de los valencianos, "el poder adquisitivo en pesetas constantes", lo ha hecho en un 50%, estas mejoras sociales han implicado "un coste desorbitado", en palabras de Almenar. Y lo refrendó ayer con cifras incontestables: en esas dos décadas, "la generación de residuos sólidos urbanos ha aumentado un 100%, las emisiones de dióxido de carbono un 150%, el consumo de energía eléctrica un 200% y el consumo de cemento un 250%".

La superficie total construida ha aumentado a una tasa anual del 3,24%

Una inercia que hay que parar, porque "a mitad de siglo estas cifras serán absolutamente inviables e insostenibles", lamentó. Pero es que estos datos toman un sesgo aún más pesimista si se comparan con los nacionales. Así, mientras el consumo eléctrico español ha crecido entre 1985 y 2005 un 137%, en la Comunidad Valenciana este indicador ha aumentado un 195%, casi 60 puntos porcentuales más. El consumo de energía primaria ha crecido un 100% en España y un 128% a nivel autonómico. Con el agravante de que la dependencia de las fuentes de energía externas a la Comunidad Valenciana ha pasado en dos decadas del 93,5% al 97,7%.

El sesgo valenciano en el consumo de energía final es todavía mayor. En España ha aumentado en 20 años un 107,2%. En la Comunidad Valenciana un 151,3%, más de 40 puntos porcentuales más. Y todos estos indicadores revelan que las emisiones a la atmósfera también se han disparado más que la media española. Así, si entre 1990, año base para el protocolo de Kioto, y 2004 las emisiones españolas de dióxido de carbono crecieron en un 55%, las emisiones valencianas lo han hecho un 97%, casi el doble.

"El desarrollo sostenible, entendido como bienestar social en función del respeto ambiental, no ha avanzado sino que ha retrocedido notablemente", aseguró Almenar. E insistió en que se ha crecido en algunos indicadores sociales, en algunos casos con cifras "mediocres", pero se ha hecho a un coste ambiental enorme.

El informe, titulado La situación del País Valenciano, indicadores y tendencias de desarrollo social y sostenibilidad medioambiental, y cuyas conclusiones ya avanzó este diario en mayo pasado, se muestra especialmente crítico con la destrucción del territorio. Por ejemplo, destaca que la superficie total construida ha crecido a una tasa media anual del 3,24%, mientras que la población lo ha hecho al 1,2%. Igualmente, la superficie ocupada por infraestructuras de transporte ha aumentado a una tasa del 4,62% anual, una cifra similar al incremento del parque de vehículos, el 4,26%.

Precisamente, Ernest Garcia destacó dos indicadores que se han disparado notablemente respecto a las cifras ya preocupantes que reflejaba el informe de 2002, el crecimiento demográfico, y el consumo de cemento. Así, entre 2001 y 2006 la población valenciana ha crecido a un 2,7% anual, mientras que en los tres quinquenios anteriores se creció al 0,7%, 0,8% y 0,9%.

Por todo ello, el secretario general de CC OO, Joan Sifre, pidió al Consell "un compromiso público para seguir los indicadores de sostenibilidad y desarrollo".