La historia del marchante de Picasso inaugura un sello editorial

¿Podía un personaje como Miquel Alzueta (Barcelona, 1956), creador en 1985 de la editorial Columna que removió el oasis de la edición catalana (agresividad comercial, pugna por autores extranjeros a editoriales castellanas, inventor de los autores mediáticos...), quedarse quieto mucho rato como editor desde que hace un par de años decidió pasarse en serio al mundo del arte como marchante? No, claro. Y así, bajo el sello Galería Miquel Alzuela (centro que abrió en 2005), acaba de lanzar una colección de libros de arte del siglo XX, serie que tras escucharle hablar del panorama editorial se antoja una puesta del editor en barbecho, esperando que el sector se redimensione ("un par o tres de años") para retomar su particular carga. "No contemplo no volver a la edición, aunque sería para ir a Suramérica o al mercado en catalán; no me veo haciendo de editor para España", asegura.

D. H. Kahnweiler. En el nombre del arte, la biografía que el prestigioso estudioso y periodista Pierre Assouline hiciera del famoso marchante de Picasso, Gris y Klee, y Memorias de un vendedor de cuadros, del primer gran marchante del arte moderno, Ambroise Vollard, son los títulos con los que Alzueta ha retomado su viejo oficio. A 30 euros y unas tiradas iniciales de 1.600 ejemplares, los títulos forman parte de la por ahora única colección de publicaciones, con proyección exterior de su galería, que también realiza libros de consumo interno, de artistas, en ediciones limitadas.

Seis títulos al año

"Quiero sacar unos seis títulos al año de biografías, memorias, cartas o ensayos de gente vital del ámbito del arte que no sabemos quiénes son", afirma sobre la colección que ha puesto en las librerías de toda España. Una biografía de Modigliani, de Herbert Lottman, los textos que João Cabral de Melo escribió sobre Miró y una biografía del gran marchante del impresionismo Paul Durand-Ruel, también de Assouline, completan, junto a Bohemios, de Dan Franck, la programación de Alzueta para 2008.

En la cumbre que más de un editor querría soñar -en 1999 vendió el 85% de las acciones de Columna a Planeta, donde llegó a ser responsable del grupo para América y al que ahora está ligado como asesor-, Alzueta decidió en 2005 abrir su galería y cambiar el papel por las telas.