"Algunos se ataron entre ellos con una cuerda"

"No les dio tiempo a nada más que poner los chalecos y saltar al mar", confirmó en el hospital de A Coruña la madre del patrón del barco, Alicia García. Su hijo Marcos Ures, ingresado en la UCI aunque fuera de peligro, calculó que estuvo nadando, contra viento y olas gigantes, durante unas cuatro horas antes de ser rescatado. "Algunos se ataron entre ellos con una cuerda", aseguró la mujer.

En Ribeira, donde tenía su base el buque, se comentaba ayer el suceso en los bares cercanos al puerto, pero los marineros callaban cuando se les preguntaba. El propietario de uno de los locales conoce al armador del barco y arremetía contra él: "Sólo alguien ruin hace salir a la mar a sus trabajadores con este tiempo". En el mismo bar una mujer explicaba, sin embargo, que ayer había otros barcos navegando y que el naufragio pudo deberse a "una mala maniobra".

Galicia lleva desde el pasado viernes en alerta naranja por el mal tiempo, pero frente a sus costas eran muchos los pesqueros que, como el Cordero, salieron a faenar durante los últimos días. La demanda de pescado, como la sardina, la caballa o el jurel, que triplicaron en un mes su precio habitual en las lonjas, lleva a los armadores a hacer caso omiso de las condiciones meteorológicas.

Las autoridades informan "cada cuatro horas del estado del mar", destacó la ministra de Pesca, Elena Espinosa, que se trasladó a Galicia. "El resto es responsabilidad individual", advirtió, al tiempo que pedía prudencia en las especulaciones sobre las causas del naufragio.