Las compras a crédito crecen a todo gas pese a la psicosis de crisis

De las vacaciones de verano al equipo de música. Pasando por la nevera. "Antes, la gente ahorraba y tenía luego con qué comprar lo que necesitaba o quería. Ahora, la gente primero compra... ¡Y ya lo pagará!", exclama Óscar López Prieto, jefe de Producto de Préstamos al Consumo y Tarjeta de Caixa Sabadell. Los catalanes torean la psicosis de crisis, que no crisis, tirando de su tarjeta de crédito.

Un repaso rápido a varias entidades financieras que operan en Cataluña permite concluir que los consumidores cada vez compran más con el dinero de plástico y también que tienden a aumentar el aplazamiento de la devolución al banco o caja que se pagó en su día con tarjeta.

La facturación media de cada tarjeta del BBVA se duplicó desde 2002

Caixa Penedès advierte más retrasos leves, pero no morosidad

Frente al uso de la tarjeta de débito, en el que la entidad financiera carga de inmediato la cuantía a la cuenta corriente del cliente y que va de baja, "las compras a crédito con tarjeta se incrementaron el año pasado el 28% respecto del año anterior, en nuestro caso", dice Martí Mateu, responsable de Medios de Pago de Caixa Catalunya.

Mateu subraya que la entidad hace unos años que, para la financiación de cantidades moderadas, potencia la financiación al consumo vía tarjeta de crédito, frente a los procesos más farragosos de los préstamos personales. Como otras entidades, Caixa Catalunya promueve el cambio de las tarjetas de débito por otras de crédito.

"Si la economía doméstica se resiente del clima de desconfianza, si la gente lo nota, deberíamos ver cómo bajan las compras con tarjeta y cómo en paralelo sube el uso de las tarjetas revolving", que permiten el cobro aplazado mediante una cuota fija, como si fuera un préstamo, frente al pago de golpe a fin de mes. En estos términos reflexionan fuentes de Caixa Laietana, que, sin embargo, aseguran: "No estamos en esa tesitura". La entidad ha visto crecer en un 13,84% las compras con sus tarjetas entre enero y septiembre, con relación a los primeros nueve meses de 2006. Pero es cierto que, echando la vista atrás, es un crecimiento ligeramente inferior al registrado en los años 2006, 2005 y 2004 (16,39%).

"Se tiende más al uso del crédito que al débito y a un aplazamiento del pago", corrobora Caixa Terrassa, que en diciembre pasado duplicó el incremento de las compras con tarjeta registrado en diciembre de 2006.

Mucho depende del perfil de cliente de cada entidad. "En nuestro caso, no estamos viendo muchas peticiones de ampliación del plazo límite para los pagos, mientras que los saldos del revolving registran un crecimiento interanual del 15% y en parte se debe a que las entidades lo fomentamos entre quienes vemos que se pueden endeudar", explica Manel Tresánchez, director de Medios de Pago del Banco Sabadell.

Pero en el caso de otras entidades financieras, los pagos aplazados vía tarjetas revolving se han incrementado mucho más. En el BBVA, por ejemplo, el número de tarjetas que piden el aplazamiento del pago se disparó el 30% el año pasado, sobre todo por el tirón "de la gente joven y de los inmigrantes, con más tendencia al aplazamiento", explica el responsable de tarjetas del banco, Antonio Merino. Y la facturación media de cada tarjeta de crédito del BBVA se ha duplicado entre 2002 y 2007, hasta los 1.600 euros.

En Caixa Sabadell, las compras con tarjeta de pago aplazado progresaron el 27%. Y eso en un contexto de aumento moderado de la morosidad. "La morosidad es ridícula respecto a otros países del entorno", remachan en el BBVA.

Tampoco Caixa Penedès advierte "incrementos en la morosidad" del pago con tarjeta, "aunque sí retrasos de 7 a 10 días en préstamos personales e hipotecarios". "Y prevemos más dificultades", señalan en la caja.