"Mi animal favorito es mi hijo"
El mejor año de la vida de la veterinaria Astrid Vargas fue una sucesión de días iguales. "Vivía en una tienda, salía al amanecer y caminaba entre 16 y 20 kilómetros buscando monos". Se dormía tras unas partidas de mus en un campamento de Madagascar, donde la reina gastronómica era la sardina en lata.