Discrepancias territoriales rompen el Metal de UGT
El secretario de Organización federal presidirá la gestora hasta el congreso
La ejecutiva de la federación del Metal, Construcción y Afines (MCA) de UGT-Euskadi no ha aguantado más y sus miembros dimitieron en pleno a finales de diciembre. La federación, que supone cerca del 40% de este sindicato en Euskadi, había llegado a una situación ingobernable. El enfrentamiento entre los tres territorios ha forzado a que Esther Malpartida abandone la secretaria general y se reincorpore a su puesto en la empresa Tubos Reunidos.
La crisis ha vivido larvada durante algo más de dos años, desde el último congreso de MCA-Euskadi. Ya entonces se presentaron dos candidaturas. La primera, dirigida por Malpartida, se sustentaba en las organizaciones de Vizcaya y en alguna comarca de Guipúzcoa. La otra lista, retirada en el último momento, representaba a Álava y a la mayoría de Guipúzcoa. La ganadora obtuvo el 57% de los votos, pero nunca el respaldo de toda la organización.
Estos dos años han resultado prácticamente ingobernables por la oposición del sector crítico. Fuentes de la ejecutiva saliente, que estaba compuesta por ocho personas, aseguraron ayer a EL PAÍS que en su día no fue posible alcanzar un acuerdo y que la actuación de sus críticos "ha sido desleal hasta que la situación ha reventado". Aseguran que lo que buscan con su dimisión es construir una nueva ejecutiva de consenso.
Lo curioso es el momento elegido para las dimisiones, justo cuando se había cerrado un año en el que se habían alcanzado acuerdos en los convenios del Metal tanto en Álava como en Guipúzcoa. El problema radicaba en que las decisiones de la ejecutiva necesitan el apoyo de las distintas organizaciones comarcales para poder aplicarse y la situación de división sindical lo impedía. Las mismas fuentes de la ejecutiva saliente aseguran que las relaciones personales entre unos y otros no son malas, pero que resultaba imposible alcanzar acuerdos.
La crisis ha forzado la constitución de una gestora, que estará presidida por el secretario de Organización federal de MCA-UGT, Patxi Sanjuán. El número de miembros de la gestora queda por determinar, pero el objetivo es llegar a un congreso extraordinario en que pueda presentarse con una lista de acuerdo de toda la federación. "He visto buena voluntad para resolver el asunto cuanto antes y no va a ser muy difícil", dijo ayer Sanjuán a este diario.
Los miembros de la gestora se elegirán en un comité regional a propuesta de la dirección federal. Probablemente la integren menos de seis personas. La fecha del congreso depende de la gestora y no se celebrará antes de que se haya podido acordar una candidatura que represente a todos los sectores y territorios de la federación.
La dirección de UGT-Euskadi negó ayer que existiese un problema. Sin embargo, miembros de la ejecutiva saliente consideran que el secretario general, Dámaso Casado, podía haber hecho más por intentar conciliar las posturas. Sanjuán discrepa y considera que la disposición de Casado ha sido total para resolver el conflicto. "Las diferencias han sido importantes pero la esperanza de que se resuelvan con el tiempo lo es también", añade.
Crisis sindicales
- Dimisión y expulsión. En 2001, ELA forzó la dimisión de su secretario de Organización, Bittor Lekuona, y su posterior expulsión temporal del sindicato. Lekuona perdió la confianza de sus compañeros de la dirección tras intervenir en un área ajena a su responsabilidad (la empresa TESA de la que era trabajador en excedencia) y ocultar esta gestión. Posteriormente, fue expulsado de forma temporal por actuar con deslealtad a la central nacionalista.
- Dos corrientes. En 2000, el secretario general saliente de CCOO de Euskadi, Santiago Bengoa, resultó derrotado en el congreso por el actual mandatario de la central, Josu Onaindi. En el desacuerdo confluían elementos de estrategia política y sindical. No resultó posible una candidatura de integración y la central quedó dividida en dos.
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